Cuando dejó de reírse, Aino preguntó: “Papi, mami, ya que mañana es fin de semana, ¿puedo salir a jugar con ustedes dos?”.Sabrina permaneció en silencio, ya que no sabía qué responder al respecto.Entonces, con una voz suave, le dijo a Aino: “Sé buena niña. Papi siempre está ocupado con el trabajo, así que si quieres salir a jugar, iré contigo”.Aino, que no estaba muy contenta, empezó a hacer pucheros mientras miraba a Sebastian.En ese momento, sonó el teléfono de Sebastian, así que contestó: “¿Hola?”.La voz del Viejo Amo Henry sonó en el altavoz: “¡Sebastian! Mañana es fin de semana, ¡deberías traer a nuestra nieta a la vieja residencia para que nos visite!”.Sebastian simplemente respondió en voz baja: “De acuerdo”.Al otro lado de la llamada, el Viejo Amo podía sentir cómo se le levantaba el ánimo. Su tono también se había vuelto mucho más alegre. “Entonces, ¿A qué hora vendrás mañana? Haré que las sirvientas preparen una buena comida para ella. Tenemos todo aquí, incluso
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