El hombre era alto. Aino tenía que dar dos o tres pasos a la vez para poder alcanzar a Sebastian. Bajo la brillante luz de la luna, Sabrina observó cómo ambos se movían, uno grande y otro pequeño, uno largo y otro corto, uno rápido y otro lento. Esto lo guardó en secreto en su corazón. Si solo protegiera a ellos dos por el resto de su vida, no se arrepentiría.Cuando pensó en ello, escuchó a Sebastian bajar la voz y murmurar lentamente a Aino: "Bajo la brillante luz de la luna, ambos se acercaron".Aino aprendió y repitió: "Bajo la brillante luz de la luna, ambos se acercaron"."Una grande, una pequeña", dijo Sebastian."Una grande, una pequeña", repitió Aino."Una alta, una baja"."Una alta, una baja"."Una buena, una mala"."..."."Una guapa, otra fea"."...".“Oye, Aino, ¿por qué no repetiste después de papi? Sigue hablando”, preguntó Sebastian mientras trataba de entablar una conversación.Aino frunció los labios. "Entonces... ¿Quién era bueno y quién era malo, y quié
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