Capítulo 426
Sabrina y Nigel levantaron la mirada simultáneamente y se encontraron con Sebastian, que lucía una expresión severa.

“Sebas...tian”. Nigel tenía miedo de él.

Hace seis años, le tenía miedo a Sebastian cuando él era un rico mujeriego. Y después de todos estos años, aún seguía temiéndole. Era el tipo de miedo que se le había metido en los huesos.

Sebastian no miró a Nigel.

Solo miró a Sabrina.

Sabrina se veía tranquila e indiferente.

¿No eran dos personas pasando el rato en una cafetería?

¿Qué había de malo en ello?

Si él hubiera querido culparla, aunque ella no saliera de casa, buscaría una excusa para hacerlo.

Había un dicho que decía que si una persona quería acusar a otra, ¡siempre podría encontrar la manera de hacerlo!

La mirada del hombre se suavizó y preguntó con preocupación: “¿Ya no te duele el estómago?”.

Sabrina se quedó sorprendida.

“Ayer, en la vieja residencia, ¿qué dijiste que tenías?”, preguntó Sebastian.

La cara de Sabrina se sonrojó al instante.

Ya se habí
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