Capítulo 1873
Simón observó al hombre sentado tras el escritorio, a Santos, y le preguntó: —¿Dónde está Isolde?

Santos, sin apresurarse, sacó un habano, lo encendió despreocupado, inhaló lentamente y, al exhalar una nube de humo, respondió: —Tranquilo. Has cumplido con tu parte del trato, y claro que te devolveré a Isolde. Pero antes, hay otro asunto del que quiero hablar contigo.

—Siéntate, no te preocupes.

Simón suspiró con resignación y, sin otra opción, se sentó. —Dime directamente qué es lo que quieres.

En realidad, Simón ya se había preparado para que Santos no entregara a Isolde tan fácilmente. Santos continuó: —La verdad, hay algo que me intriga bastante. ¿Cómo lograste obtener la confianza de Aarón y hacer que renunciara a discutir el tema de grupo Fuente Verde en la conferencia?

—Fue gracias a Iñigo, — respondió Simón.

—¿Iñigo? ¿Y qué tiene que ver él en todo esto?

—Mucho, — contestó Simón. —Verá, señor Santos, Constanza e Isolde son muy cercanas, casi como hermanas. Constanza trabaja para
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