Capítulo 256
Con su fuerte grito, su dominio Mar de Sangre de repente parpadeó.

Al mismo tiempo, la sangre que fluía comenzó a retroceder, regresando nuevamente al cuerpo de Gonzalo. Sus heridas también sanaron a una velocidad visible para el ojo humano.

La gran multitud quedó totalmente atónita. ¿Qué tipo de habilidad era esta que permitía tal regeneración?

Gonzalo parecía acercarse a la gran inmortalidad.

Nadie se atrevió a imaginar cómo Gonzalo trataría con ellos si lograba derrotar a Simón en su estado actual.

Simón entrecerró los ojos y preguntó lentamente: —Dime, ¿cómo obtuviste este poder?

—¡Jajajaja…!,— rió frenéticamente Gonzalo. —Es un regalo de los dioses. Soy el elegido del dios de la sangre. ¡Todos ustedes ahora pueden morir!

Gonzalo levantó las manos y una energía espiritual salvaje comenzó a fluir.

Muchas personas sintieron sus cuerpos algo incómodos, como si estuvieran siendo cortados por cuchillos invisibles.

Al mirar hacia abajo, se dieron cuenta horrorizados de que sus cuerp
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