Capítulo 394
Los dos miraron a Simón y, renuentes, tomaron asiento.

—Joven, tal vez aún no lo sabes, comenzó Raúl, bebiendo té con calma. —Antes, nosotros tuvimos que pelear y matar para conseguir lo que tenemos, pero ahora, ya estoy grande y no quiero mancharme más las manos con sangre. Así que te recomiendo que te pongas en línea. Podemos platicar, pero no me hagas recurrir a la fuerza.

Simón sonrió y dijo indiferentemente, —Está bien, me gusta cómo suena eso. Pero dime, ¿no te pasas pidiendo diez millones por esos daños menores?

—¿Te pasas?, Raúl se rio y dijo malévolamente, —Lo único que te pido es una compensación. No estoy pidiendo que compres mi planta química. Esto ya es ser muy amable. En el pasado, no te hubieras ido sin pagar al menos treinta millones.

Simón se quedó en silencio por un momento y luego habló lentamente: —Parece que eres bastante prepotente por aquí.

—No me atrevo a decir prepotente, pero todo el mundo tiene que respetar a Raúl, ¿captas?

Simón dijo: —Déjame ver primero a m
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