Capítulo 386
Aunque Ferdinand no le temía a la muerte, los demás generales sí.

Con la amenaza de James cerniéndose sobre ellos, decidieron ceder.

“F-Fue Willy. Él nos dijo que enviáramos a los veintiocho guerreros para luchar contra tí en el Monte Trueno. Si pierden, se suponía que debíamos movilizar nuestros ejércitos”.

“¡Así es! Fue Willy quien planeó todo esto”.

“Él nos ordenó capturar al General Sombra Negra de las Llanuras del Sur para usarlo como ventaja en tu contra. Solo nos movilizamos porque él dijo que necesitaba nuestra ayuda”.

Todos clamaron a la vez.

James apretó los puños.

La vida de Henry pendía de un hilo por culpa de ellos.

Los quería a todos muertos, justo allí y en ese momento.

La temperatura de la habitación cayó en picada. Los generales tirados en el suelo podían sentir su intención asesina. Se estremecieron de miedo, como si estuvieran cara a cara con una bestia feroz.

James respiró hondo.

Abrió los puños.

En contra de sus deseos personales, optó por n
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