Capítulo3619
La razón por la que Fane se mostraba tan arrogante no era porque estuviera loco, sino porque realmente tenía una gran fuerza que lo respaldaba. Sus palabras no eran simples fanfarronadas; eran una verdad que él mismo la conocía bien. A medida que ese pensamiento surgía entre la gente, las miradas hacia Fane comenzaron a cambiar.

Alguien murmuró:

—Dios mío, ¿será que todo lo que dice este joven es cierto? Si lo es, su poder no debe subestimarse... Tal vez, para él, Canuto realmente no sea gran cosa.

Al escuchar eso, varios asintieron con la cabeza. Aunque Libardo estaba cerca y no podían criticar a Canuto directamente, muchos comenzaron a soltar comentarios en secreto. Nadie en el presente era tonto; todos comprendían lo que esa persona insinuaba.

Libardo respiraba con dificultad, con los ojos clavados en la Piedra de Ilusión. Su cuerpo estaba rígido como una vara, y su mente era un torbellino de emociones contradictorias que trataba de controlar. No podía permitir que sus pensamientos
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