Capítulo3643
Helmut recordó las expresiones de aquellos hombres y se dio cuenta de que ahora su situación era sorprendentemente similar a la de ellos. Sonrió con amargura. Aunque no le gustara admitirlo, tenía que aceptar que Fane tenía razón: —Lo que siembras, eso cosechas; quien asesina, será asesinado.

—¿Qué sucede? ¿Están demasiado lejos? —preguntó Canuto con el ceño fruncido mientras llegaba al lugar acordado.

A su lado ya estaban nueve personas, pero aún faltaban seis. Cuanto más tiempo pasaba, peor se volvía la situación. Después de todo, ese no era un lugar seguro, y el Campo de Neblina estaba lleno de peligros.

La muerte era la única constante allí. Para conseguir la Medalla de Esqueleto, algunos eran capaces de cualquier cosa.

Canuto suspiró y continuó:

—Esperemos un poco más, unos siete minutos. Si no llegan, tendremos que partir sin ellos. Confío en sus habilidades. He observado a todos los que han entrado, y excepto Fane, no hay nadie que valga la pena. Son solo carroñeros, intentan
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