“Guardias”. Nunca levantó la voz. No miró a Danika ni una sola vez. “¡Su majestad!”. Tres guardias detrás de él respondieron al mismo tiempo, dando un paso adelante. El temor invadió a Baski. Lo que sea que tenga que decir la asustó mucho. Nuevas lágrimas llenaron sus ojos. “Por favor, Lucien... Por favor…”.Él no le dirigió ni una mirada. “Lleva a la esclava al calabozo. Yo, el Rey Lucien, condeno a muerte a la Esclava Danika. Será ahorcada en la mañana del cuarto día a partir de hoy, en la plaza”.Baski comenzó a llorar con fuerza. No dejó de llorar mientras él continuaba, “Hasta ese día, permanecerá en el calabozo sin comida ni agua”. Dicho esto, se dio la vuelta y salió de la bodega. “¡¡Oh, cielos!!”. Baski gritó con dolor, levantando ambas manos temblorosas para taparse la boca. Vetta se sintió victoriosa hasta la médula. Esta sensación es mucho mejor que un orgasmo intenso. Pero apretó los dientes. Esperaba que él usara su espada con ella de inmediato, como lo hizo
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