Avery se preguntó si ella sería su amante si aquella mujer siguiera viva. Si estaba muerta, ¿entonces ella era la sustituta?En cualquier caso, le dolía el corazón y le dejaba un mal sabor de boca.Mientras Avery se perdía en sus pensamientos, los de Elliot también divagaban."Dime, ¿qué te gusta exactamente de Cole?", preguntó él mientras sacaba su caja de cigarrillos. Su rostro era el epítome de un enigma. "Ya no me gusta", dijo Avery con frialdad.Si no hubieran hablado las cosas antes, ella podría haber seguido utilizando a Cole para enfadarlo.Era infantil, pero Elliot siempre perdía los nervios por las cosas más insignificantes.Si ella no tomaba represalias, perdería la cabeza."¿Es porque te has dado cuenta de que no es más que un perdedor sin dinero?", preguntó Elliot mientras sostenía el cigarrillo sin encender entre sus dedos."¿Solo piensas en el dinero?", replicó Avery. "Cuando Cole me perseguía, me escribía cartas de amor todos los días. Los fines de semana me
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