A la mañana siguiente, durante el desayuno, Avery y Elliot se sentaron en la mesa del comedor en silencio.Ella estaba comiendo huevos y tostadas, mientras que él comía cereal.“Gracias por recuperar mi teléfono anoche”, dijo Avery, rompiendo el silencio entre ellos.“Siento lo de mi madre”, dijo Elliot, expresando por fin la disculpa que le había estado preocupando.Las mejillas de Avery se sonrojaron mientras decía: “Tú no fuiste quien me pegó. ¿Por qué te disculpas?”.“Ella no debió darte una bofetada en el rostro”, dijo Elliot con voz rígida. “Si alguien me tocara el rostro, yo…”.Antes de que pudiera terminar la frase, Avery levantó la mano y le acarició suavemente la mejilla.La piel del hombre era sorprendentemente suave y se sentía bien contra los dedos de ella.Los ojos de Elliot se llenaron de pasión mientras su manzana de Adán se movía en su garganta y su mano temblaba ligeramente alrededor de su vaso de leche.“Bien, estamos a mano”, dijo Avery mientras retiraba la
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