Pero al final, esta amiga íntima acabó temiendo competir con ella, recurriendo a métodos tan despreciables que Isabel quedó profundamente herida. Ahora, al ver a su amiga en esta situación, Isabel se sintió enormemente aliviada y su ánimo se elevó muchísimo.En ese momento, Simón soltó una carcajada, se levantó y se fue con Isabel y Oliver. Después de que se fueron, Manuel, bastante furioso, gruñó: —¡Valentín, Isabel, juro que los mato!Cuando Simón y los demás regresaron al hotel, los hermanos Beltrán no podían dejar de agradecerle, hasta el punto de avergonzar a Simón. Finalmente, Isabel le dijo a su hermano: —He prometido darle al señor la mitad de las acciones de la empresa Beltrán, no tienes ningún problema con eso, ¿verdad?Como Oliver era el presidente del Grupo Beltrán, Isabel aún tenía que consultarlo con él. Al escuchar esto, Oliver respondió inmediatamente: —No hay problema, hasta temía que el señor no quisiera aceptar.—No es necesario, esta vez también he ganado bastant
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