Capítulo 100
Lo que se buscó en las rocas era la calidad de su interior, apostando si se pudo extraer un buen jade. Si sale uno, entonces se hace una gran fortuna, pero si no, por el contrario, se pierde una gran cantidad de dinero.

En el oficio de juego de piedras, hay un dicho: —Un corte te empobrece, otro te enriquece, así es como vienen estas cosas.

Justo cuando Simón se encontraba por allí, dado que también necesitaba algo, dio unos pasos hacia el lugar.

El empleado lo recibió con gran entusiasmo, conduciendo a Simón a través de la sala hacia el patio trasero del Rincón del Jade Celestial.

Era un patio al aire libre, de trescientos o cuatrocientos metros cuadrados, lleno de exóticas piedras de todos los tamaños y formas.

En estas piedras también se exhibían los precios, con la más barata costando decenas de miles y la más costosa con un precio exagerado de más de cinco millones.

En ese momento, ya había mucha gente en el patio, examinando las piedras y haciendo comentarios sobre su calidad, m
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