Capítulo 152
En muy poco tiempo, ambas llegaron al último piso. La supervisora le presentó a Irene el secretario en la puerta y luego se marchó.

El secretario la miró y dijo: —¿Eres Irene?

—Sí, — Irene respondió, sintiéndose cada vez más nerviosa.

El secretario se levantó con delicadeza y abrió la puerta de la oficina, diciendo: —Entra, la presidenta Daniela te está esperando.

Con un corazón lleno de ansiedad, Irene entró lentamente en la oficina.

La oficina estaba decorada de manera extremadamente simple. Pero cada pequeño objeto, hasta el último detalle, podría considerarse una excelente obra de arte, destacando el gusto de su dueña.

Detrás de un amplio escritorio, una mujer madura vestida con un traje de color azul cielo estaba apoyada en la silla, observándola detalladamente.

El corazón de Irene comenzó a latir con gran fuerza.

Esta mujer, de unos treinta años, tenía un rostro increíblemente hermoso, un típico ejemplo de la belleza occidental.

Su largo cabello negro estaba totalmente recogi
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