Capítulo 230
Si resulta ser un miembro de esta familia Castro, su vida futura estará totalmente arruinada.

En este momento, Alvino no podía preocuparse por el dolor en su cuerpo y rápidamente se levantó para arrodillarse en el suelo. Se inclinó repetidamente hacia Simón y los demás, diciendo: —Cometí un grave error, en realidad cometí un error. Pido disculpas. Por favor, perdóname.

—Rápido, lárgate y no arruines mi apetito— dijo Miguel fríamente.

En este punto, Alvino sabía que rogar ya no serviría de nada. Si seguía siendo molesto, probablemente perdería algo más que su trabajo en el futuro.

Tuvo que levantarse con un dolor agudo y, con una reverencia respetuosa hacia Simón y los demás, se disculpó de nuevo antes de apresurarse a alejarse con sus amigos.

Esta escena dejó a los clientes totalmente atónitos. Esta mujer no solo tenía habilidades excepcionales, sino que el joven con solo unas sencillas palabras hizo que el otro se arrodillara y suplicara. ¿De dónde venían?

Mientras tanto, Lucía miró f
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