Capítulo 290
Simón se encontraba en un excelente estado de ánimo, tarareando una melodía mientras conducía, claramente feliz.

Pero en ese instante, Isabel, sentada en el coche, le dijo al conductor: —Sigue ese coche y no lo pierdas de vista.

El conductor obedeció y siguió el coche de Simón, acelerando hacia Valivaria.

Cuando finalmente llegaron a Valivaria, eran más de las dos de la madrugada. Simón regresó nuevamente a su habitación y entró directamente en la semi-dimensión, donde ofreció la espada de bronce en el altar del Dragón Sagrado.

Un aura inmemorial lo envolvió, y la espada de bronce se transformó en ciento veinte gramos de Gracia Divina. Al mismo tiempo, apareció una pantalla luminosa. En la primera línea resplandecía un artículo llamado "Píldora del Trueno".

La descripción indicaba que esta píldora permitía a los cultivadores sin habilidad de trueno adquirir el gran poder del rayo y trueno, y a aquellos que ya poseían dicha habilidad, les fortalecía por completo su poder.

Esta píldor
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