Capítulo 291
Con vergüenza en su rostro y con un semblante que casi derramaba lágrimas de pena, Isabel le dijo: —Maestro, por favor perdóneme, le pido mil disculpas. Estos últimos años han sido demasiado difíciles para mí, estoy dispuesta a pagar cualquier precio.

La verdad es que, para ella los negocios iban mal, la mala suerte la seguía a todas partes, tropezarse caminando o atragantarse tomando agua eran cosas menores comparadas con lo que estaba sufriendo. No podía soportarlo más.

Ahora que finalmente había encontrado a alguien que parecía un ser poderoso, no quería renunciar a esa oportunidad a como diera lugar. Si Simón podía ayudarla, ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa al respecto.

Simón la miró y dijo lentamente: —Lo siento, pero no tengo la costumbre de insistir donde no soy bienvenido. Por favor, sigue tu camino.

Al ver que Simón la estaba despidiendo, Isabel entró en pánico.

En un acto de desesperación, se arrodilló frente a él y empezó a llorar desconsoladamente: —Maestro, p
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