Capítulo 32
—Muchacho, te atreves a dañar mi herramienta mágica, estás buscando la muerte—exclamó Abel furioso, mientras su túnica se hinchaba y comenzaba a emitir un aura.

La expresión de todos cambió de repente. Esto era lo que se consideraba una herramienta mágica legendaria, y este muchacho tenía demasiado valor.

Maestro Carrasco era una figura renombrada en Valoria, un practicante destacado, y este muchacho se encontraba en serios problemas.

Mientras todos estaban asombrados por la audacia de Simón, él simplemente sonrió y dijo:

—Abre bien los ojos y observa.

Todos miraron el incensario roto, que había perdido su brillo, y no entendían lo que estaba sucediendo.

Simón continuó explicando con calma:

—Este incensario era simplemente un objeto antiguo. En su interior, había incrustado un trozo de almizcle, sellado con energía mágica para que liberara un resplandor y un aroma, creando la ilusión de una herramienta mágica. Este resplandor y aroma, como máximo, durarían tres meses antes de desvane
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