Capítulo 406
Simón tuvo que bajarse del auto y miró a Loreto diciendo: —Amigo, no busques de verdad problemas.

—¿A quién demonios le estás llamando amigo? — Fidelio le espetó.

—Parece que este no entiende bien la situación.

—Está a punto de sufrir y aún no se da cuenta. Es realmente cómico.

—Atreverse a ofender al señor Loreto, ¿es que busca lo que no se le ha perdido?

—Aquí en Valencia del Mar, ¿te atreves a ser tan arrogante? Maldición, ¿nos tomas por imbéciles?

Esas personas ridiculizaron a Simón con desprecio en sus rostros.

Las dos chicas se rieron mientras cubrían sus bocas y negaban con la cabeza al mirar a Simón.

Simón observó a estas personas. Aparentemente, eran ricos y poderosos, acostumbrados a ser arrogantes y desconsiderados.

Él sonrió irónicamente y miró a Loreto, diciendo: —Solo tuvimos un pequeño desacuerdo, ¿no es para tanto?

—¿Un desacuerdo? — Loreto dijo fríamente. —En Valencia del Mar, nadie puede ordenarme. Si no fuera porque no quiero matar a nadie, ya estarías tirado en la m
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