Capítulo 47
Gonzalo se inclinó ante Simón y dijo:

—Respetado anciano, me siento avergonzado. Para mostrar mi arrepentimiento, quiero ofrecerle un regalo como compensación. Por favor, acepte.

—Oh— respondió Simón, algo sorprendido.

Gonzalo miró a su alrededor y continuó:

—Esta Isla Lacustrina es propiedad de la familia Aguilar. Me he comportado de manera inapropiada y he ofendido al anciano. Como gesto de disculpa, quiero ofrecerle esta tierra como regalo de compensación.

—¿Regalármela a mí? — preguntó Simón, sorprendido. —Esta tierra debe valer mucho dinero.

Gonzalo se inclinó y dijo:

—El dinero no debería ser un problema para usted, anciano. Este es solo un pequeño gesto de buena voluntad de mi parte. Por favor, no lo rechace.

Simón reflexionó por un momento y luego dijo:

—Si tienes esa intención, entonces aceptaré tu regalo.

Gonzalo asintió y dijo:

—Gracias por su generosidad. Haré los trámites necesarios lo antes posible y le entregaré la propiedad.

Simón asintió con la cabeza y se dio la v
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