Capítulo 58
Ezequiel colgó el teléfono y tomó una profunda inspiración antes de acercarse lentamente a Simón. Realizó una reverencia de 90 grados y dijo:

—Mis disculpas, señor Palacios. He cometido un grave error y he ofendido al señor. Por favor, acepte mis disculpas y decidirá cómo castigarme.

La acción de Ezequiel dejó a todos presentes completamente sorprendidos. Luciano, Mario y sus secuaces quedaron atónitos, sin poder creer lo que veían. Incluso Sofía estaba confundida, sin entender cómo Ezequiel había cambiado de actitud de manera tan drástica de repente.

Solo Simón entendía la situación, ya que sus sentidos superaban ampliamente los de una persona promedio. Había escuchado cada palabra de la conversación telefónica entre Ezequiel y su padre.

Simón frunció ligeramente el ceño y respondió:

—Reconocer tus errores y enmendarlos es algo que aprecio. No tengo intención de ser severo contigo, así que no te preocupes.

Ezequiel respondió con cuidado:

—Gracias, señor. Por favor, espere un moment
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