Capítulo 106
La aparición del Rey Blithe no afectó en absoluto a James.

Desde que resolvió el problema de Thea, ella había pedido su regreso.

Él estaba de buen humor, tarareando cómodamente una melodía.

Pronto, llegó a la casa de Thea.

Llamó a la puerta.

La puerta se abrió.

Era Thea.

Al ver a James, cayó en sus brazos y rompió en llanto.

James no pudo evitar emocionarse al ver que una hermosa mujer se lanzaba sobre él, acompañada de un aroma embriagador.

James le pasó un brazo por el hombro, sonriendo. “No pasa nada. Todo está bien ahora. No llores. Se te hincharán los ojos si sigues llorando”.

Entonces Thea dejó de llorar, tirando de James hacia la casa con ella.

Todos estaban allí.

Sin embargo, parecían malhumorados.

James se acercó a ellos. “Papá, mamá”.

Gladys asintió con la cabeza, reconociendo su presencia. “No nos culpes, James. No teníamos otra opción”.

“Mamá, no los culpo. Solo tengo que culparme a mí mismo por no haber podido ayudar”.

James sonrió.

Él no culpaba a nadie e
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