Capítulo 37
Thea se paró frente al espejo, mirando su rostro perfecto. Ella estaba sorprendida.

James le había dicho una y otra vez que se recuperaría, pero aun así estaba sorprendida.

Sus habilidades médicas eran casi milagrosas.

“Jamie, eres asombroso. Ni siquiera hay cicatrices a pesar de que mi cara estaba gravemente herida”.

James sonrió. “No puedo atribuirme el mérito. Todo fue gracias a Henry. Él me enseñó todo lo que necesitaba saber”.

Thea se tocó su suave cara. “Esta fórmula será tan popular si el público se entera. ¿Te imaginas comercializar este producto en un salón de belleza? ¡El negocio estaría en auge!”.

James dijo: “A Henry no le importa la fama y la fortuna. Todo lo que quiere es vivir una vida ordinaria”.

Thea apretó los labios en una línea. “Qué extraño. ¿Cómo podría no gustarle el dinero?”.

Toc, toc, toc.

Alguien tocó la puerta.

“Thea, ¿qué estás haciendo? El anciano ha convocado una reunión familiar. Nos dijo que fuéramos puntuales. Si se enoja y anula nuestras acci
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