Capítulo 11
La noche casi caía. Vetta observó a Danika mientras sacaba agua del pozo. No había nadie allí, y Vetta se sentía realmente enojada con solo mirarla.

¿Cómo puede alguien con un sencillo uniforme de esclavo parecer de la realeza incluso sin intentarlo?

Vetta se enfureció mucho. Tiene que trabajar duro para lucir como la amante que era. A veces, se miraba al espejo y veía a la esclava que siempre ha sido.

No. Ella ya no es esa chica. ¡Ella no lo es!

Ella vio como Danika llevaba la vasija de agua sobre su cabeza y comenzaba a caminar. Cuando se acercó a Vetta, salió de las sombras y puso una pierna en el camino.

Danika se tropezó y se cayó. La vasija se rompió en pedazos y ella hizo una mueca, golpeándose el codo con el suelo.

Vetta se inclinó y la agarró del pelo. "¡Mira por dónde vas, esclava!", ella gruñó.

Danika giró la cabeza y la miró fijamente. "Pusiste tu pierna en mi camino". Ella le dijo sin rodeos.

Vetta se sonrojó de ira y la golpeó con fuerza en la cara.

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