Él cerró los ojos. “Sí, la quieres. Sé que quieres a tu pueblo, y sé que los extrañas. Sé que estás ansiosa por saber cómo estuvieron todo este tiempo. Sé que quieres ser su líder, porque la Realeza no se puede rechazar. Sé todo eso, y te respeto por ello”.“No te equivocas, sí quiero cumplir con mis deberes y responsabilidades, y ocupar el trono que estuvo en mi familia durante siglos”. Ella trató de contener sus lágrimas: “Quiero cumplir con eso, pero lo que más quiero es estar contigo. No quiero separarme de ti, no quiero dejar Salem. Quiero estar contigo”.“Sabes que no puedes hacer las dos cosas. Ya fuiste coronada. Tu gente estará muy decepcionada si los rechazas, ni siquiera un día después de aceptarlos. Sé que no quieres hacer eso”.“No quiero”. Admitió con firmeza: “Mi padre le hizo mucho mal a tu pueblo y también al nuestro. Tengo mucho por lo que disculparme, mucho que tengo que compensar. Me gustaría mucho arreglar todo lo que mi padre arruinó”.Él también conoce ese
Sally buscaba frenéticamente a su princesa, mientras corría hacia el palacio con una sonrisa de oreja a oreja, vio a Danika alejarse a toda prisa del pasillo que conducía a las Habitaciones del Rey, y vio que su princesa estaba llorando. Su sonrisa se borró y fue reemplazada por preocupación. “¿¡Mi Princesa!? ¿¡Mi Princesa!?”.Ante el sonido familiar de la voz de Sally, Danika corrió hacia ella y se lanzó a los brazos de su amiga. “Oh, ¿Sally...? ¿Estás aquí...?”.“Claro que estoy aquí. Vine en cuanto me enteré de que fue liberada y coronada como la nueva Reina de Mombana. Por todos los cielos, ¡estaba tan feliz!”.Danika la abrazó con fuerza, llorando desconsoladamente. Le dolía demasiado.“Por favor, ¿por qué llora, mi Princesa? ¡Me está asustando! ¡Sabes que puede contarme cualquier cosa!”. Susurró, alejando a Danika del pasillo. Chad apareció detrás de ella, su mirada le preguntaba cuál era el problema, Sally sacudió su cabeza, indicando que no tenía idea. Se dedicaron ot
La Reina Danika se levantó a la mañana siguiente en una cama que no conocía, pero en una habitación muy familiar. Los recuerdos del día anterior llenaron su cabeza. Está de nuevo en su habitación. La habitación de su infancia en Mombana. Antes de su llegada, los nuevos guardias y las nuevas sirvientas lo arreglaron todo para ella. Cuando Mombana se unió a Salem, la mayoría de las nuevas sirvientas y guardias estaban trabajando en el palacio. Ahora que se volvieron a separar en dos reinos diferentes, el Rey Lucien eligió a los guardias y sirvientas de Mombana, según el Jefe de la Guardia, Rogan. Ellos querían trasladar sus cosas a las Habitaciones del Rey, la antigua habitación de su padre, pero ella se negó. En cambio, les pidió el favor de limpiar la Habitación de la Princesa, su antigua habitación, y ellos accedieron. Quería quedarse en un entorno familiar. Cuando se levantó de la cama para empezar el día, se sentía débil y cansada. La noche anterior lloró hasta quedarse do
Coza estaba tan enojado, que estaba que hervía de la rabia. Desde su cueva, su ira podría provocar un incendio en las montañas si fuera un ser vivo. Fulminó con la mirada a la sirvienta, “¿¡Fue coronada Reina!? ¿¡Ahora está en Mombana!?”. Se enfureció: “Arruinó mis planes, ¡maldita sea!”.“En realidad no es tan malo, todavía podemos…”.“¿¡Qué podemos hacer!? ¡Salem y Mombana están separados, ya no son un reino unido! Quiero acabar con ese hombre Lucien y gobernar ambos reinos, ¡maldita sea! Ahora que ya no es un reino unido, ¡no tendré ambos reinos cuando conquiste Salem!”. Estaba furioso. La sirvienta se erizó. Él tenía razón. “Además, tendré que volver a Mombana”.“No por ahora. Encuentra una manera de retrasar tu partida. Te necesito aquí en Salem. ¡Maldita sea, no debí esperar para conquistar Salem! Debí hacerlo hace mucho tiempo”.“Tiene que calmarse, Amo. Cuando lo haga, podremos pensar en un plan mejor”. Su ira siempre la asustaba. “Tienes razón, tienes razón”. Respira
“Puede contar conmigo. La protegeré con mi vida”. Él asintió una vez. “Gracias. Todavía es temprano. Si los dos se ponen en marcha, podrán estar en Mombana para el amanecer. El viaje nocturno es siempre el más rápido con un buen carruaje. Vayan con uno de los carruajes de palacio, no a caballo”.“Sus deseos son órdenes para nosotros, su Majestad”. Inclinaron la cabeza y salieron de su habitación.** “Sí. Nos envió para que viniéramos a cuidarte. Aún no sabemos cuánto tiempo nos quedaremos, pero pidió que Chad sea tu Jefe de Seguridad porque nadie puede protegerte mejor”, explicó Baski. La mente de Danika daba vueltas. Envió a las dos personas más cercanas a él... personas tan importantes para él, para que vinieran a quedarse con ella y cuidarla. “¿Quién cuidará de él?”, ella susurró. Baski sonrió y le dio unas palmaditas en los hombros: “Estará bien”. Ella suspiró: “Es el hombre más fuerte que conozco”.“¿Y Remeta?”. Se obligó a decir. Extrañaba a Remeta. La sonrisa de Baski s
“Te libero de ser mi amante, Vetta. Y a partir de hoy, serás libre”. Vetta se quedó mirando al Rey Lucien. Le costaba entender las palabras que decía. “¿Q-Qué?”. Seguramente, no lo escuchó bien. Son esos recuerdos de nuevo atormentándola y bloqueando sus oídos, concluyó. Pero sus ojos... Esa culpa seguía allí. Ese remordimiento. Y también una nueva mirada. “A partir de ahora, ya no serás mi amante, Vetta. Te dejo ir”.“¿Me-me estás echando?”. Le resultaba difícil de creer. Apenas podía oír por encima del estruendo en su cabeza.“No. No, no te estoy echando. Nunca te echaría”. Afirmó con firmeza.“Pero, me estás despojando de ser tu amante... Eso es echarme”. No pudo gritar o siquiera chillar. Era demasiado para ella pensar que Lucien realmente la está sacando de su vida. La sensación de traición que sentía era demasiado. Él levantó la mano y tomó la de ella entre la suya. “Fui muy egoísta, Vetta. Por favor, perdóname. Me di cuenta demasiado tarde de que cometí un gran erro
Su mirada se tornó suave. “De acuerdo, no lo haré. Pero, ¿entiendes lo que digo, cierto?”.“La única co-cosa que entiendo es que me estás tocando voluntariamente. Y te estás a-agachando ante mí y tienes una parte de mí, su-sucia y llena de cicatrices en tus manos reales. Y me estás echando”.“Ninguna parte de ti está sucia, Vetta. No para mí”. Terminó con sus piernas y las soltó. Ella se secó las lágrimas, mirando sus feas piernas. “Jamás podré ser Anarieveta. Cone se aseguró de eso. No sabes ni la mitad de las cosas que me hizo, mi Rey. O lo que se siente, viviendo en una cabeza como la mía”.“Me lo imagino, porque sé lo que es vivir en una cabeza como la mía. Siempre puedes volver a ser Anarieveta, ¿sabes por qué? Las cosas que hiciste no te definen”. Tomó su mano y la puso sobre el pecho de ella: “Lo que te define es lo que tienes aquí. Tu corazón te define”.“Lo que queda de mi corazón es feo”.“No tiene por qué ser así. Por eso tienes que darte la oportunidad de sanar”.“E
Ocho semanas después... “Tienes que presentarte ante la corte, su Alteza, todo el mundo te está esperando”, anunció Baski al entrar en la habitación de la Reina Danika. La Reina, embarazada de treinta y tres semanas, estaba parada frente al espejo con su costoso y extravagante vestido real hecho con el más fino encaje y seda, rico en terciopelo. La lujosa túnica roja y dorada también contenía encajes bordados y piedras preciosas. Llevaba el cabello largo y rubio, ondulado y peinado, sobre su espalda. La Reina se ve increíblemente hermosa, incluso en su estado, pero no se siente feliz. Echa de menos al Rey Lucien con una intensidad tan aterradora que le resulta indescriptible. Con el paso de los días, lo extraña tanto que la mayoría de las noches llora hasta quedarse dormida en su cama vacía, a menos que Sally venga con sus cuentos. Se arrepiente de haber huido de él aquella noche en que tuvieron un malentendido. Debió quedarse y hacer entrar en razón a ese cabeza dura. Deb