—¿Cuánto dinero cree que es suficiente para alejarme de su hijo? —preguntó Liam con seriedad.Donovan lo miró fijamente.—Te he dado un cheque en blanco, ten la seguridad que voy a pagarte la cantidad que escribas en él —respondió Donovan sin vacilación.Liam sonrió, cogió el cheque y el lapicero.—Anda, ponle un precio al amor que sientes por Nash —le instó.Liam bajó la mirada, fijó la punta del lapicero sobre el cheque y rayó.—Creo que no he sido lo suficientemente claro, señor Donovan, no hay dinero en el mundo que pueda comprar mis sentimientos por Nash, le guste o no, seguiremos siendo pareja —aseguró poniéndose de pie y mirando fijamente a Donovan.—Me estás diciendo ¿Qué lo amas sin importar nada?—Exactamente, es lo que estoy diciendo, señor, y no pienso seguir perdiendo mi tiempo con usted. Tengo mejores cosas que hacer —declaró Liam girándose para alejarse de la mesa.—¡Espera Liam! —gritó Donovan al ver las intenciones del periodista.—¡No voy a ceder a nada de lo que me
BautizoLuego de una tarde de comprar vestidos y zapatos, Cody invitó a Ava a cenar, no sin convertirse en el centro de atracción a dondequiera que iban o lugar al que entraban.—¿Tengo algo en el rostro? —preguntó Ava con duda, señalándose a sí misma.—No, ¿por qué? —cuestionó Cody mirándola de un lado y de otro.—Siento que la gente nos mira demasiado —se aventuró a decir.Cody no se había fijado en las personas, su atención estaba concentrada únicamente en Ava, la mujer que había derrumbado todas sus barreras y de quien se había enamorado hasta el tuétano.—Será porque estás con el hombre más guapo de la ciudad —respondió Cody con seducción.Ava entornó los ojos.—También puede ser debido a mi belleza, aunque soy modesta y prefiero pasar desapercibida —dijo con una sonrisa en los labios.Cody suspiró, aquel era el motivo por el cual se enamoraba más y más de Ava. Ella nunca lo miraba como alguien inalcanzable, menos le rendía pleitesía y le llevaba la contraria en la mayoría de las
Isaac no estaba muy seguro de tener el valor de enfrentar el pasado, no era cobardía, pero ser hombre no lo exoneraba de los sentimientos, era humano y el miedo se había convertido en su única compañía por muchos días. Muchos meses en los que únicamente deseó morir cada segundo del día. Sin embargo, ahora tenía la oportunidad de poner fin a aquella organización, si el destino quería que tuviese suerte ese fin de semana cerraría las puertas del pasado para siempre y que mejor que haciéndose justicia.Cuando la camioneta negra estacionó en una esquina de la ciudad, muy lejos de la casa de Abby, él no dudó en subir y marcharse. Lo hacía por él, por Abby y Daphne, ambas eran inocentes en todo aquel embrollo.Las siguientes horas, Isaac rindió declaración ante sus jefes, cuando la luz del sol anunció la llegada de un nuevo día, cientos de policías ocuparon sus lugares y rodearon la zona donde Isaac estuvo secuestrado.—¿Está seguro que quieres ser partícipe de esto? —preguntó su jefe viénd
Abby subió a la camioneta de su padre, James se había ofrecido a llevarla al aeropuerto para volver a casa luego de unos pocos días en familia.—¿Por qué tienes que irte tan pronto? —preguntó Bárbara subiéndose y sentándose a su lado.—No solicité permiso en la universidad para faltar. Además, tengo otras cosas de las cuales ocuparme —respondió tratando de apegarse a la verdad en medida de lo posible.Abby no estaba preparada para hablar a sus padres sobre Xavier y las sensaciones extrañas que le despertaba en el cuerpo y corazón.—¿Estás segura de que no tienes nada que decirnos? —preguntó James con seriedad, mirándola a través del retrovisor.Abby lo miró y sonrió.—No estoy segura de que sea un buen momento para hablar sobre un tema en particular, pero puedo decirles que quizá la próxima vez que venga de visita no lo haga sola —susurró al tiempo que James pisaba el freno de manera abrupta.—¡James! —gritó Bárbara por la acción repentina de su marido.—¿Qué quieres decir? —preguntó
«Cásate conmigo»Ava miró el anillo en la mano de Cody antes de dirigir su mirada a los ojos del hombre.—Cody —susurró con la voz estrangulada por la emoción y por el llanto que estaba controlando para no dejarlo escapar.—Sé que he prometido a tu padre esperar a que tengas un título universitario, pero puedes tenerlo igual siendo una mujer casada —dijo él a punto de levantarse tras no obtener la respuesta que esperaba de Ava.—Si mi padre se opone…—Voy a secuestrarte y de igual manera me casaré contigo si es lo que quieres —respondió con rapidez.Ava sonrió.—Entonces secuéstrame, llévame lejos si mi padre se opone, pero cásate conmigo —respondió sorprendiendo a Cody.El futbolista tragó.—¿Aceptas? —preguntó creyendo que había entendido mal.—Sí, acepto ser tu esposa. Incluso estoy dispuesta a ser una fugitiva por amor —respondió Ava, dispuesta a vivir su historia de amor sin contratiempos. Su padre posiblemente no estaría del todo feliz, pero tendría que aceptar su relación y su
Ava y Cody se vieron sorprendidos a escuchar las palabras de Larry, pues lo que esperaban era una explosión de su parte. Quizá gritos, insultos y maldiciones, pero ¿Qué se lo tomará tan tranquilo? Eso si no.—¿Hablas en serio? —preguntó Ava aún impresionada.—Puedo arrepentirme…—¡No! —gritó la pareja al unísono—. ¡No, no, no! —exclamaron para diversión de Larry.Por supuesto que él no pensaba oponerse a la felicidad de su hija y era evidente que Cody era el hombre elegido por ella, quizá los años de diferencia entre ellos era el motivo de tener una bonita y estable relación.—Bien, entonces no hablemos más —dijo Larry—. Que tus padres se reúnan con mi esposa para los preparativos de la boda —indicó.Ava y Cody se miraron y el acto no pasó desapercibido para Larry y Chelsea y supieron que algo pasaba allí.—¿Qué sucede? ¿Por qué tienen esas caras? —cuestionó.Cody se armó de valor y les contó a sus futuros suegros la situación con sus padres y aunque le dolía aceptarlo, también recono
Las siguientes semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Ava y Chelsea se ocuparon de todos los preparativos de la boda, discutieron desde la servilleta hasta el vestido de novia. El cual llevó varios días para ponerse de acuerdo, mientras Cody visitó a sus padres para informarles sobre su decisión de casarse y dejarles la cordial invitación para acompañarlo ese día.Cody evitó la confrontación con su padre, pues no importaba como fuera o se comportaran con él, seguían siendo las personas que le dieron la vida y eso era algo que agradecía profundamente, pero también tenía claro que eso no les daba ningún derecho a intervenir en su vida y tratar de vivir su vida o elegirle una esposa.Por otro lado, Daphne y Connor acudieron a su cita médica, con seis meses de embarazo, ambos estaban deseando conocer el sexo de su bebé para elegir un nombre. Connor no tenía preferencia por el sexo del niño, todo lo que deseaba era que viniera al mundo sano y salvo. Sobre todo, que Daphne saliera vi
Ava tembló al sentir el cierre de su vestido correr y los dedos de Cody acariciar la piel de su espalda desnuda. La fiesta había quedado atrás, ellos se habían despedido de su familia para pasar su noche de bodas en el hotel más prestigioso de la ciudad, sin embargo, ni Ava ni Cody estaban para ver los detalles de aquella imponente suite. Ellos no tenían ojos para nadie que no fuera ellos y este momento que sería su primera noche juntos.—Estás temblando —susurró Cody junto al oído de la joven.Ava no lo negó.—Quiero ser tuya —respondió.Cody bajó el rostro sobre el hombro de Ava, cerró los ojos al tiempo que dejaba un sendero de besos sobre la piel femenina, haciendo que el cuerpo de la joven se erizara ante el contacto de la húmeda lengua masculina rasando su carne.Ava suspiró, cerró los ojos mientras su vestido de novia se fue deslizando por completo de su cuerpo hasta caer al piso.El gemido que abandonó los labios de Cody lo dijo todo. Había deseado a Ava desde hace mucho tiemp
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte