¿Cuánto tiempo sin vernos?Hope, Blake y Matthew se despidieron de Tessa, Chelsea y Larry luego de la interesante conversación que habían tenido sobre Alicia y Scott Carter.Hope, no podía creer todo lo que habían hecho y todo lo que estaban dispuestos a hacer para conseguir la fortuna Cameron, una fortuna que encima, ni siquiera les pertenecía. Alicia era la esposa de Antonio, pero el hombre no tenía ni un solo peso en su bolsillo y Scott que ni siquiera era de la familia.—Me preocupa, Matthew —soltó Hope de repente, aprovechando que el niño se había quedado dormido.—No eres la única, Hope. No puedo creer lo ciego que fui todo este tiempo, me dejé envolver como un imbécil por Scott, todo este tiempo, todas esas invitaciones a beber tenían un solo objetivo, aprovechar una oportunidad para traicionarme y quedarse con todo.—Pero Scott no podría acceder a tu fortuna tan fácilmente. Tú y yo estamos casados y en caso de que algo te sucediera… —Hope detuvo la línea de sus pensamientos al
—Tan cálido como siempre —dijo—, pensé que nuestro último encuentro te había suavizado el carácter —añadió con una gota de cinismo.—La última vez que te vi, fue el día que firmé el divorcio y eso fue hace tantos años que había olvidado hasta que existes —respondió Blake de manera tajante y contundente, para no dejar huecos vacíos que se diera a las malas interpretaciones.Amber Cox sonrió ante la respuesta de Blake con una cortesía que no sentía, pues sus ojos fueron dos relámpagos de furia que amenazaron con liberarse de un momento a otro.—Supongo que el mensaje de mi marido ha sido lo suficientemente claro, señora Cox —intervino Hope, la mujer era cinco años mayor que ella, así que…—¿Señora? —cuestionó en tono indignado.—No puede pretender que la llamé señorita a estas alturas del partido con tantos divorcios sobre sus hombros —señaló Hope poniéndose de pie.Amber fijó la mirada en Hope, había hecho su trabajo al respecto, sabía que iba a encontrarse con Blake tarde o temprano,
James caminó callé abajo, contrario a donde Hope y compañía esperaron por el auto. Tenía un malestar en el pecho que amenazaba con ahogarlo. Él no era un hombre violento, jamás lo había sido, ni siquiera en su juventud. Pero David era experto en sacar su lado rudo y no comprendía exactamente la razón, cuando lo conoció creyó que había encontrado un buen amigo ¡Se había equivocado!—¿James? —él se detuvo al escuchar la voz de Bárbara desde la ventanilla del auto.—¿Qué haces aquí? —preguntó James al verla sola.—Estoy buscando a David, salió de la cena y pensé que se llevaría el auto, pero no fue así y no responde su móvil —expresó con evidente preocupación.James evitó sentirse culpable, pero no era tan desalmado como para dejar que Bárbara recorriera las calles a esa hora y sola.—Te acompaño —se ofreció.Bárbara asintió y le agradeció el gesto, pues estaba muy preocupada por su hermano, él jamás la habría dejado sola de no haber estado borracho; sin embargo, lo que más le preocupaba
El partido Hope miró la habitación de David Gutiérrez, lo había pensado muy bien antes de venir y hablar con él, pero no podía simplemente ser una espectadora de la situación de James. Ella iba a romper los acuerdos, pero no dejaría que David chantajeara a James con eso, ella desconocía si a su amigo le gustaban los hombres, hasta donde sabía James era heterosexual, así que el acoso de su cliente no podía dejarse pasar.Hope levantó la mano para llamar, sin embargo, no llegó ni a tocar, pues la puerta se abrió de par en par.—¿Hope? —preguntó Bárbara, sorprendida.—Hola —saludó Hope, por un momento se quedó en blanco.—Hola, ¿vienes a ver a David? —preguntó Bárbara, dándose cuenta de que solamente esa podía ser la razón para que Hope se presentara en el hospital.—Sí, necesito hablar un par de cosas con él —puntualizó con seriedad.—Él acaba de despertar, su humor no es el mejor, pero pasa —dijo—. Iré a la cafetería por un café, lo necesito, así que te dejo —añadió.Bárbara salió de
Llévatela lejos de aquíLa familia disfrutó del resto del día juntos, luego del partido de Matthew, Blake los invitó a almorzar, donde también pasaron una bonita y agradable experiencia.Blake se dio cuenta de que no tenía que competir contra James por el amor de su hijo o las atenciones de Hope. Pues cada gesto era distinto para uno y para otro, aunque Matthew le daba su respectivo lugar a James, su mirada siempre estaba puesta sobre él y eso le hacía sentir muy feliz y especial, puesto que no consideraba ser merecedor de ese amor, por lo que estaba decidido a seguir sembrando en el corazón de su hijo.—¡Hoy ha sido el mejor día de mi vida! —exclamó Matthew, mientras caminaban por el centro comercial, pues el pequeño había decidido tomar sus respectivos helados en la heladería de su preferencia y no en el restaurante.—Aún puede ser mejor —mencionó Blake, mientras lo cogía y lo llevaba sobre sus hombros.—¡Soy enorme! —gritó Matthew, mientras abría las manos y simulaba ser un avión.
No Hope caminó de un lado a otro en la sala de espera, llevaba una hora y para ella parecía una eternidad y seguía sin tener noticias de Blake, lo que le estaba provocando un terrible dolor de cabeza y ansiedad. —Calma, Hope. Las malas noticias siempre son las primeras en llegar —aseguró Tessa, a quien Hope había llamado en su momento de desesperación al ver que Blake no reaccionada. —Estoy nerviosa, Tessa, ver a Blake en ese estado, ha sido lo peor para mí —confesó, buscando sentarse en la dura silla de la sala, o de lo contrario terminaría dejando una zanja en el piso del hospital. —Pues a mí se me escapó el alma del cuerpo cuando llamaste, pero no conseguirás nada estresándote de esa manera, necesitas relajarte —insistió Tessa. Hope trató de seguir el consejo de su suegra, pero los minutos continuaron corriendo y ella no sabía nada de Blake. —¿Has llamado a Chelsea? —preguntó Tessa media hora después. —No. Ella querrá saber lo que pasa con Blake y no tengo nada que decirle —c
¿Confías en mí?«No.»«No.»«No.»Aquella sola palabra acompañó a James hasta el aeropuerto, ni siquiera se molestó en volver a la casa de Hope, él no quería que nadie se diera cuenta de lo mal que aquella negativa por parte de Bárbara le había causado. Hope y Chelsea ya tenían mucho con sus vidas como para incordiarlas con sus problemas, había sido una decisión abrupta, pero necesaria. Entre más lejos estuviera de Los Ángeles, quizá menos doloroso sería la decepción.Sin embargo, eso no sucedió y cuando llegó a Miami, solamente sintió el peso de la soledad sobre sus hombros y no puedo evitar que los recuerdos recientes golpearan su corazón.«¿No? —preguntó James sin poder creer que fuera esa la respuesta de Bárbara.—No, no puedo hacerle esto a mi hermano. David lo es todo para mí, James y aceptarte sería traicionarlo y él no se lo merece —musitó.—¡Ninguna traición, Bárbara! —gritó James. El hombre se mesó el cabello y caminó de un lado para el otro tratando de buscar las palabras q
¡Soy la mujer feliz del planeta!Chelsea se mordió los labios con fuerza, sus lágrimas cayeron como cascadas por sus mejillas y fue incapaz de pronunciar palabra alguna, movió su cabeza en señal de aceptación y su llanto solo se intensificó cuando, Larry deslizó un hermoso anillo en su dedo.—Te amo —dijo él, mientras se ponía de pie y con sus dedos limpiaba las lágrimas de Chelsea, la joven se lanzó a sus brazos, enterró su cabeza entre el cuello de Larry.—Te amo, nunca pensé que el perfecto para mí estaba en Los Ángeles, habría corrido desde hace mucho de haberlo sabido —musitó con voz ronca por el llanto.Larry sonrió, cerró los ojos y habló:—Soy un hombre con mil defectos, Chelsea, estoy lejos de ser el hombre prefecto, tengo tantas cargas sobre mis hombros, pero tú has sido esa luz que ha iluminado mi vida, desde el primer día que te conocí —aseguró.—¿El día que estuviste de espía de Blake? —preguntó ella.—Sí, ese día.—Eres un mentiroso —lo acusó Chelsea, sintiéndose mejor.