Cuando un hombre llora—¿Señora? —Nancy se alarmó al ver el rostro pálido de Hope.—Estoy bien —mintió—. Déjame sola, por favor —pidió luego de unos segundos.—Cualquier cosa, solo llámeme.Hope asintió y apenas Nancy dejó la oficina, ella se dejó caer sobre el sillón más cercano.—Scott Carter —susurró.Hope temblaba como si fuese una hoja mecida por el brusco viento. Ella no sabía si era el miedo que le causaba o el enojo de saberse el objetivo de un hombre a quien nunca había ofendido o agredido de ninguna manera posible.Hope recordó aquella primera vez que se conocieron, fue la primera vez que también conoció a Larry.«—Ven, cariño, quiero presentarte a Scott y Larry —dijo con una sonrisa torcida, mientras caminaban entre el mar de cuerpos del club aquella noche.—¿De dónde has sacado esta hermosura? —preguntó uno de los hombres que esperaban en la barra.—Caballeros, les presento a Hope Morgan, mi novia y futura esposa —anunció Blake.Hope se sonrojó, pero respondió el saludo, c
Mariposas Blake sintió la boca de Hope abrirse ligeramente, lo que aprovechó para profundizar el beso y probar de nuevo las mieles de sus labios; el magnate sintió que tocaba el cielo con las manos, los labios de su esposa le sabían a gloria. Fue un beso ardiente, pero efímero.—Hope —dijo él cuando ella lo apartó de su boca.Las mejillas de la mujer se sonrojaron, ella se negó a mirar a Blake y terminó huyendo de la biblioteca dejando a Blake solo y con una sensación de hormigueo por todo su cuerpo.El corazón de Hope Morgan latía tan fuerte que llegó a creer que iba a salirse de su pecho. Hope se encerró en su habitación, recargó el cuerpo sobre la puerta, cerró los ojos y llevó una de sus manos a su boca.Ella gimió al recordar ese corto beso que Blake le había dado, fue…¡Mierda! ¡Mierda!—¡No puedes pensar en ese beso, Hope, no puedes dejarte seducir de nuevo! —susurró y con pies temblorosos caminó hasta su cama, donde se dejó caer sin ceremonia.«Blake», pensó antes de cerrar l
Huele a peligroChelsea permaneció callada ante la confesión de Hope. ¿Qué podía decirle a su amiga? En primer lugar, ella no estaba dentro del corazón y mente de Hope, no sabía en realidad lo que el beso de Blake significaba realmente para ella.—¿No dirás nada? —cuestionó Hope al verla tan callada. Nada usual en Chelsea, la mujer siempre tenía una respuesta para todo.—Caramba, no sé qué decir —admitió. Chelsea tomó la mano de Hope entre las suyas y mirando directamente a sus ojos hizo la pregunta que se prometió no hacer.—¿Aún sigues amándolo?Ahora fue el turno de Hope de guardar silencio, pensando en su mejor respuesta. El problema no radicaba en tener que pensar en la respuesta que le daría a Chelsea, sino en la respuesta que se tenía que dar a sí misma.¿Qué sentía por Blake Cameron? Esa sensación de miles de mariposas en su estómago no era una cosa de nervios y ella lo sabía. Pero tenía miedo de admitir sus sentimientos, Hope tenía terror de aceptar que seguía enamorada de su
¡Voy a matarlo!Hope se miró al espejo, se preparó mentalmente para lo que venía. Tendría a Blake todo el día en su oficina. Estar encerrada con el hombre que le hacía sentir mariposas de nuevo en el vientre no era cosa fácil, sin contar con lo ocurrido en la cena la noche anterior. Lo más probable era que el humor de Blake fuera tan cálido como el Grinch.Hope salió de la habitación y buscó a Matthew en su habitación, sin embargo, lo único que encontró fue una cama pulcramente tendida y ni un solo juguete tirado, la mujer cerró la puerta y bajó al comedor para tomar el desayuno, encontrándose con Blake, Matthew y James sentados en la mesa.—Buenos días —saludó al darse cuenta de que llegaba con retraso.—Buenos días, mami —respondió Matthew primero.—Buenos días —respondieron los hombres al mismo tiempo. Dándose cuenta de que ya estaba haciéndose costumbre.Hope había deseado que Blake se marchara antes a la oficina, pero recordando el motivo principal por el que estaba allí y record
No es lo que parece James se vio sorprendido por la rapidez y brutalidad con la que fue levantado de su sitio y sin tener tiempo a nada, recibió el primer golpe que llegó por parte de Blake.—¿¡Qué demonios!? —medio gritó, medio preguntó.—¡Voy a matarte! —gruñó Blake, levantando su puño en contra de James.—¡No, Blake! —Hope se movió inquieta, mientras los hombres se enfrascaron en una férrea pelea.Los golpes y los gruñidos pronto llamaron la atención de los clientes y de la seguridad del lugar.—¡Cálmate Blake! —gritó James tratando de esquivar un nuevo golpe, pero no tuvo suerte y salió por la puerta que daba al jardín, dónde continuaron con la lucha.—¿Cómo puedes hacerle esto a Hope? —cuestionó dándole otro golpe.—¡Blake! —gritó, mientras James cayó al suelo—. ¡Detente, por favor! —pidió desesperada al ver que su amigo estaba herido.—¡Suéltame! —gritó el hombre.—¡No voy a permitir que engañes a Hope de esta manera! —gritó enfurecido.—¡No es lo que parece! —refutó James a
No me dejesHope gimió al rebotar contra el cuerpo de Blake, cerró los ojos con fuerza mientras los neumáticos del auto hacían un horrible ruido al acelerar, seguido de varios disparos, y el ruido de otro auto pasar a gran velocidad se escuchaba.—¡No lo dejen escapar! —gritó uno de los guardaespaldas, mientras otra camioneta salió disparada del estacionamiento y pasos se acercaron a Hope.—Señor, señora —llamó el hombre.Hope intentó moverse para salir de encima del cuerpo de Blake, sin embargo, los brazos del hombre estaban aferrados a ella de tal manera que era imposible apartarse de él.—Suéltame, Blake —pidió Hope, sin embargo, no obtuvo respuesta—. ¡Blake! ¿Me escuchas? —preguntó sintiendo su corazón temblar, al sentir cómo las manos de su esposo caían como peso muerto a los lados de su cuerpo.Hope se arrodilló, tomó la cabeza de Blake entre sus manos y la humedad que sintió la espantó.—¡Necesita un médico! —gritó asustada, Hope sintió que el corazón iba a salirse de su pecho
Déjame intentar A la mañana siguiente, Matthew miró con sumo interés a Tessa y Chelsea que conversaban a una distancia prudente del niño para no hacerle saber del accidente de Blake.—¿Quieres postre? —preguntó Larry al ver a Matthew muy interesado en las dos mujeres.El pequeño negó.—¿Quiero saber qué pasa? ¿Por qué la señora Tessa y tía Chelsea están afligidas y por qué mi mamá y el señor Blake no vinieron por mí?Larry hizo a un lado la bandeja con panecillos y se acercó a su sobrino. Matthew había heredado los rasgos de la familia Morgan, podría decir que de Blake no tenía absolutamente nada, pero… sería mentir. El niño tenía muchos gestos de su padre y en el fondo quizá hasta el carácter.—Quizá tuvieron que atender alguna emergencia —dijo tratando de tranquilizarlo.—¿Un accidente? —cuestionó asustado.—No, no, quiero decir que quizá se quedaron dormidos. Deben estar muy cansados del trabajo.Matthew no respondió y no creyó en las palabras de Larry, él estaba seguro de que alg
No me des las graciasEl viaje a San Antonio, no fue tan rápido como a Blake le hubiese deseado que fuera. Hope tuvo que hablar con la directora y maestra de Matthew para obtener el permiso de faltar a clases por esos días y seguidamente, tenían que pasar por la mansión Morgan para recoger las cosas de Matthew y Hope.—Podemos comprar lo que necesiten en San Antonio —insistió Blake, pero Hope negó y se bajó del auto en compañía del pequeño.—Es un gasto innecesario, cuando muy bien podemos llevarnos lo que necesitamos de casa —refutó Hope desde afuera.Blake bufó, pero terminó bajando del auto y caminando detrás de su esposa e hijo para coger sus propias cosas.—¡Espera Blake! —Chelsea cogió la mano del hombre y le hizo detenerse.—¿Qué pasa?—Quiero hablarte de Hope —dijo en un bajo susurro.Blake arqueó las cejas, pero asintió.Chelsea caminó al jardín con Blake pegado a sus talones, la muchacha por primera vez no sabía cómo iniciar una conversación.—Chelsea.—Cuídala mucho, por fa
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte