Llévatela lejos de aquíLa familia disfrutó del resto del día juntos, luego del partido de Matthew, Blake los invitó a almorzar, donde también pasaron una bonita y agradable experiencia.Blake se dio cuenta de que no tenía que competir contra James por el amor de su hijo o las atenciones de Hope. Pues cada gesto era distinto para uno y para otro, aunque Matthew le daba su respectivo lugar a James, su mirada siempre estaba puesta sobre él y eso le hacía sentir muy feliz y especial, puesto que no consideraba ser merecedor de ese amor, por lo que estaba decidido a seguir sembrando en el corazón de su hijo.—¡Hoy ha sido el mejor día de mi vida! —exclamó Matthew, mientras caminaban por el centro comercial, pues el pequeño había decidido tomar sus respectivos helados en la heladería de su preferencia y no en el restaurante.—Aún puede ser mejor —mencionó Blake, mientras lo cogía y lo llevaba sobre sus hombros.—¡Soy enorme! —gritó Matthew, mientras abría las manos y simulaba ser un avión.
No Hope caminó de un lado a otro en la sala de espera, llevaba una hora y para ella parecía una eternidad y seguía sin tener noticias de Blake, lo que le estaba provocando un terrible dolor de cabeza y ansiedad. —Calma, Hope. Las malas noticias siempre son las primeras en llegar —aseguró Tessa, a quien Hope había llamado en su momento de desesperación al ver que Blake no reaccionada. —Estoy nerviosa, Tessa, ver a Blake en ese estado, ha sido lo peor para mí —confesó, buscando sentarse en la dura silla de la sala, o de lo contrario terminaría dejando una zanja en el piso del hospital. —Pues a mí se me escapó el alma del cuerpo cuando llamaste, pero no conseguirás nada estresándote de esa manera, necesitas relajarte —insistió Tessa. Hope trató de seguir el consejo de su suegra, pero los minutos continuaron corriendo y ella no sabía nada de Blake. —¿Has llamado a Chelsea? —preguntó Tessa media hora después. —No. Ella querrá saber lo que pasa con Blake y no tengo nada que decirle —c
¿Confías en mí?«No.»«No.»«No.»Aquella sola palabra acompañó a James hasta el aeropuerto, ni siquiera se molestó en volver a la casa de Hope, él no quería que nadie se diera cuenta de lo mal que aquella negativa por parte de Bárbara le había causado. Hope y Chelsea ya tenían mucho con sus vidas como para incordiarlas con sus problemas, había sido una decisión abrupta, pero necesaria. Entre más lejos estuviera de Los Ángeles, quizá menos doloroso sería la decepción.Sin embargo, eso no sucedió y cuando llegó a Miami, solamente sintió el peso de la soledad sobre sus hombros y no puedo evitar que los recuerdos recientes golpearan su corazón.«¿No? —preguntó James sin poder creer que fuera esa la respuesta de Bárbara.—No, no puedo hacerle esto a mi hermano. David lo es todo para mí, James y aceptarte sería traicionarlo y él no se lo merece —musitó.—¡Ninguna traición, Bárbara! —gritó James. El hombre se mesó el cabello y caminó de un lado para el otro tratando de buscar las palabras q
¡Soy la mujer feliz del planeta!Chelsea se mordió los labios con fuerza, sus lágrimas cayeron como cascadas por sus mejillas y fue incapaz de pronunciar palabra alguna, movió su cabeza en señal de aceptación y su llanto solo se intensificó cuando, Larry deslizó un hermoso anillo en su dedo.—Te amo —dijo él, mientras se ponía de pie y con sus dedos limpiaba las lágrimas de Chelsea, la joven se lanzó a sus brazos, enterró su cabeza entre el cuello de Larry.—Te amo, nunca pensé que el perfecto para mí estaba en Los Ángeles, habría corrido desde hace mucho de haberlo sabido —musitó con voz ronca por el llanto.Larry sonrió, cerró los ojos y habló:—Soy un hombre con mil defectos, Chelsea, estoy lejos de ser el hombre prefecto, tengo tantas cargas sobre mis hombros, pero tú has sido esa luz que ha iluminado mi vida, desde el primer día que te conocí —aseguró.—¿El día que estuviste de espía de Blake? —preguntó ella.—Sí, ese día.—Eres un mentiroso —lo acusó Chelsea, sintiéndose mejor.
Cómplice ¡Dos semanas!James sintió que la tierra se abría bajo sus pies al ir leyendo toda la información que brindaba el portal de internet. Parecía ser que ahora Bárbara llevaba prisa por casarse, cuando incluso lo había usado a él para impedir aquel compromiso.Esa era la palabra correcta para James y era así como ahora se sentía. Utilizado por la mujer de quien se enamoró y quién creyó que le correspondía por la manera de tratarlo, por cómo lo buscaba cuando estaban en la oficina. Todas esas sonrisas que quizá James había malinterpretado y que ahora caían como pesadas losas sobre sus hombros.¿Bárbara solamente había jugado con él?James no tendría ninguna respuesta para aquella pregunta que lo atormentaron los siguientes días sin piedad, por mucho que intentó no pensar en ella. James deseaba olvidar el dolor que le causaba la noticia y se concentró con el problema de la agencia de viajes. Esa debía ser su única prioridad, eso y nada más. Sin embargo, al final del día terminaba
Novia fugitiva Días atrás…David aterrizó en el aeropuerto de Miami cerca del anochecer, no sabía cómo haría para estar frente a James y hablarle sobre Bárbara, pero tenía que hacerlo por ella, porque su felicidad no se viera truncada para sacrificado e infeliz ya estaba él.El hombre caminó por el pasillo hasta la sala de espera, su cuerpo temblaba como si estuviera hecho de mantequilla, pero la tristeza en los ojos de su hermana le dieren la fuerza y la serenidad justo en el momento que sus ojos se fijaron en James. David pasó el nudo formado en su garganta y caminó hasta él.—Gracias por venir —musitó.James asintió y trato de no pensar porque razón había acudido al llamado de David, quizá en el fondo no perdí las esperanzas de recibir una que otra noticia buena.—¿De qué quieres hablar? —preguntó James lanzándose directo a la yugular del hombre.David suspiró.—Aquí no es un buen lugar para hablar, ¿podemos tener algo más privado e íntimo? —cuestionó al ver tanta gente caminar d
Consecuencias «Novia fugitiva»Bárbara apartó la mirada de la pantalla de su móvil, no había querido meterse a las redes, de hecho, James se lo había prohibido rotundamente, pero la curiosidad mató al gato y ella no pudo resistirse sin saber lo que había dejado atrás con su huida.—Lo siento —murmuró, mientras algunas lágrimas rodaban por sus mejillas. Le había dejado una nueva carga y muy pesada a David, pero en ese momento que miró a James parado en la puerta de la iglesia, con su mano extendida hacia ella; en ese momento ya no pudo pensar.—¿Estás arrepentida? —preguntó James, llegando hasta ella.Bárbara había estado tan concentrada en mirar su móvil que no se dio cuenta de que James había regresado.—No, no me arrepiento de haber escapado contigo; pero sí de no haberlo hecho antes. Parece que solo empeoré las cosas para David, desde que aparecí en su vida, no he hecho otra cosa que no sea arruinarle la vida —musitó.James tomó su brazo y la hizo girarse.—David es un excelente
Nuevo socio David se quedó de piedra al ver al hombre parado en el centro de su oficina. Él no sabía si había pensado o pronunciado en voz alta el nombre de su ex; pero la mirada de Matías Santoro sobre él le quemaba a fuego vivo. Habían pasado diez años desde la última vez que se vieron y este encuentro inesperado era demasiado para David.El hombre deseaba poder desmayarse para huir de ese reencuentro, él no se sentía preparado para enfrentar a Matías luego de haberlo dejado estacando en su viaje por México, mientras celebraban los cinco años que llevaban juntos.—Buenas tardes —saludó en un perfecto inglés.Tan perfecto que David sintió que la columna vertebral se tensaba y su piel se erizaba como si fuera un gato a punto de pelear, pero sabía que no era eso lo que deseaba. Matías seguía siendo tan jodidamente guapo como lo recordaba.—Buenas tardes —respondieron Hope y Blake el saludo del rubio al ver que David no emitía palabra alguna.Su boca se abría y cerraba como si fuera un