Chelsea se acercó a Larry luego de aquella revelación.—¿Estás bien? —le preguntó en tono bajo.—Sí, en realidad, no me sorprendería si lo fuera, mi padre amó a mi padre tanto que aceptó cargar con su crimen, pero antes de ella, su vida no fue mejor. Las drogas y el alcohol fueron siempre su perdición —respondió.Chelsea apretó su hombro con fuerza en señal de apoyo incondicional.—Sabes que una prueba de ADN puede sacarte la espinita, puedes pedirle al abogado que la solicite —le sugirió.Larry asintió, aunque saber la verdad no cambiaba nada, él y Scott jamás se habían caído bien y el ser hermanos no cambiaría en nada la aversión que sentía un por el otro, en caso de que lo fueran, Larry tenía dudas, pero Chelsea tenía razón podía averiguarse fácilmente si tenían o no la misma sangre.—Tengo que ir a la estación de policía a rendir mi declaración —avisó Blake.—Iré contigo, tenemos que hablar sobre Cherry y las pruebas que la incriminan con tu secuestro —informó Larry.—¿Hay pruebas
Aquella noche Blake volvió a casa seguro de que Scott y él no eran hermanos. Esa noche Blake se concentró en su pequeña familia; Matthew ya lo esperaba para mostrarle el video que James había grabado para él, luego de vivir aquella emocionante segunda parte, y luego de ver cómo Matthew había festejado el gol, Blake dio gracias al cielo por tener la dicha de seguir compartiendo con su hijo, la oportunidad de volver, ya que ese día él pudo haber muerto.—¿Estás llorando? —preguntó Matthew una vez que el video se detuvo.—Creo que me ha entrado un balón y una celebración muy especial al ojo —musitó él sin ocultar las lágrimas de emoción y amor que le corrían por las mejillas.Matthew rio al escuchar a su padre.—Un balón es muy grande para entrar en tu ojo, papá —refutó.Blake no respondió, en su lugar abrazó a Matthew, lo estrechó contra su pecho y volvió a agradecer, esta vez por tener la oportunidad de tener a su hijo, algo que él no consideraba que merecía luego de todo lo que hizo.
¡Se ha movido!Scott fue llevado a su celda, el hombre guardó silencio por mucho tiempo, estaba en shock, luego de descubrir que no era hermano de Blake Cameron, que las palabras de su madre fueron una mentira. Scott Carter se derrumbó en el frío piso de la prisión y gruesas lágrimas cayeron de sus ojos al darse cuenta de todo lo que había perdido.El hombre hizo un rápido viaje en el tiempo, desde aquella primera vez que se encontró con Blake en la universidad, de todas las veces que le siguieron y como poco a poco fue dándose su relación de amistad.«Pudiste tenerlo todo siendo mi amigo, pero decidiste que no era suficiente»El recuerdo de las palabras de Blake fueron un duro golpe para Scott, porque no era más que la verdad, lo había tenido todo, pero creyéndose el hijo mayor de Henry, su primogénito, pensó que merecía más ¡Que lo merecía todo!El grito que abandonó la garganta de Scott Carter fue doloroso, fue una lamentación nacida de lo más profundo de su alma y lo peor es que n
SorpresasHope sonrió al escuchar la euforia en la voz de Blake y es que el bebé dentro de su cuerpo solía moverse a menudo, pero se había resistido a hacerlo cuando Blake le hablaba. Cada vez que Blake colocaba la mano sobre su vientre, el bebé dejaba de moverse, razón por la que Blake Cameron se mostraba tan feliz y al borde del llanto.—Es maravilloso —dijo, su tono de voz era indescriptible, pero si Hope tuviese que ponerle un nombre sería sin lugar a dudas tono de voz lleno de amor.—Lo es —susurró Hope y como si el bebé supiera el efecto que estaba causando en su padre, continuó dando un concierto de movimientos, Blake no sabía si eran pataditas o puños, él simplemente se dedicó a disfrutar de aquel bello e íntimo momento que no duró tanto como a Blake le hubiese gustado, pues Chelsea y Larry hicieron su arribo.—¡Hola! —saludó Chelsea con una sonrisa de oreja a oreja.—¿Por qué tan feliz, te has ganado la lotería o algo por el estilo? —preguntó Hope con el ceño fruncido por la
¡El bebé está llegando!Bárbara frunció el ceño al ver a la mujer parada en la puerta, estaba callada como si no esperaba encontrarla allí.—Buenos días, ¿puedo ayudarle? —preguntó Bárbara el tiempo que escuchaba los pasos apresurados de James, bajar por las escaleras, ellos tenían una charla pendiente, pero sería después que la desconocida se marchara.—De hecho, lo buscó a él —señaló.Bárbara se giró para ver a James, él tenía el ceño fruncido y su mirada era fría.—¿Qué haces aquí? —preguntó, caminando hasta pararse junto a Bárbara.—Te lo dije anoche… —pronunció dejando palabras al aire.Bárbara elevó una ceja, dio un paso atrás de manera inconsciente, algo que Elizabeth pensaba aprovechar.—¿Te gusto mi regalo? —preguntó—. La tuve guardad mucho tiempo y creí que sería bonito que tuvieras una —se apresuró a decir.Bárbara escuchó en completo silencio, mientras su corazón se estrujaba dentro de su pecho al comprender el motivo por el cual James no había llegado a tiempo para la cen
Bienvenida al mundo «¡El bebé está llegando!» Chelsea no estaba preparada para esto, la primera vez que Hope había dado a Luz, fue James quien estuvo en ese momento decisivo, ¿por qué le tocaba a ella justamente antes de su boda? La pregunta no obtuvo respuesta, por lo menos, no como lo esperaba. El grito de Hope le hizo dar un susto de muerte. —Espero no dar a luz en el auto —se quejó Hope, presionando su mano sobre el muslo de Chelsea, la rubia ahogó un gemido ante el dolor en su pierna. —¡Espero que no! —gritó asustada, mientras buscaba avanzar entre los vehículos para abrirse paso y llegar pronto al hospital. Chelsea presionó el claxon más veces de las que recordaban, mientras Hope, entre gemidos, suspiros y gruñidos, enviaba un mensaje a Blake. —¿Por qué hoy? —preguntó Chelsea en voz alta. —Porque tu sobrino o sobrina no quiso esperar y debe estar impaciente para verte caminar al altar —intentó bromear Hope, mientras hacía largas respiraciones, recordando los ejercicios re
Perfecta felicidadBlake estaba viviendo uno de sus mejores momentos como hombre y como padre, sin embargo, no podía apartar de su pecho la culpa de no haber estado en el momento que Matthew llegó al mundo, porque mucho que el niño lo aceptara en su vida y lo hubiese disculpado, él no podría olvidarlo, así como así.—Sea lo que sea que estés pensado, déjalo ir, Blake —susurró Hope acariciando la mejilla de Blake, mientras sostenía el pequeño cuerpo de Daphne entre sus fuertes brazos.Blake levantó la mirada y se perdió momentáneamente en los ojos de su esposa.—No puedo olvidar que te fallé y fallé a Matthew —musitó con los ojos llenos de lágrimas.—Tendrás que aprender a hacerlo con el tiempo. Blake, las cosas del pasado nunca podrán cambiarse, las cosas que dijimos y que hicimos serán siempre parte de nuestras vidas, pero debemos aprender a superarlas. La vida es demasiado corta y la felicidad en ocasiones es efímera, pero te aseguro que la nuestra se ha ido construyendo poco a poco
Mi otra mitadLos siguientes días fueron pasando y para la familia Cameron Morgan, todos los días eran perfectos. Hope se enamoraba cada día un poco más de su familia, aunque pensaba que más era imposible, pero no podía dejar de resaltar el gran equipo que conformaban como pareja y padres.Daphne se había robado el corazón de su padre, ella aún no se quejaba cuando Blake ya estaba buscado el origen de su malestar. Y Hope tuvo que hacer grandes esfuerzos para no reírse de lo exagerado que se veía Blake algunas veces y que decir de Matthew, el pequeño heredero estaba más que feliz de tener una hermana, de tener la familia que siempre soñó y calló para no herir a su madre.—Tengo que irme al entrenamiento, ¿me llevas, papá? —preguntó el pequeño luego del desayuno.—Por mi encantado, pero tengo que esperar a que tu hermana esté lista —dijo.—¿La traerás al campo de entrenamiento? —cuestionó Matthew.—Mamá tiene que ocuparse de los preparativos de la boda de tía Chelsea y me ha pedido que
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte