Cena familiar A la mañana siguiente, Tessa dejó la casa Morgan a muy tempranas horas de la mañana, tenía una cena que organizar para celebrar la llegada del nuevo integrante de la familia, invitar a los amigos y, sobre todo, ir por Morgana, ella no podría hacerlo sin la ayuda de su inseparable amiga. Entre tanto, Blake y Hope luchaban para poder liberarse del agarre de Matthew en la cama, el sol se había colado por la ventana desde hacía varios minutos, quizá horas. Pero para ninguno era fácil lograr escapar de la cama, las manos del pequeño estaban aferrados a los brazos de sus padres. —Creo que tendremos que despertarlo —susurró Hope. —Se ha dormido tarde —refutó Blake. —Lo sé, pero mi vejiga va a explotar —se quejó ella, haciendo un puchero. Blake se mordió el labio, le habría gustado saltar sobre ella y hacerle el amor, pero ahora lo más importante era ayudarla a liberarse para que fuera al baño. —Deja y te ayudo —dijo. Blake se incorporó de tal manera que pudiera extender
Partido importanteEl silencio que le siguió a la petición de Blake fue inquietante, pues fue algo que ni él mismo pensó. Fue algo que nació de manera repentina y que sintió la necesidad de decir en voz alta.—Siempre estaré para ellos, pero siento que no es necesario, ahora es tu turno de cuidarlos y hacerlos felices —respondió James con una tensa sonrisa, él levantó su copa y brindó nuevamente—, por Hope, por tus hijos y por la familia —dijo.Los presentes brindaron una vez más, olvidando aquel breve momento de incomodidad y disfrutaron de la cena.Sin embargo, Hope no pudo apartar las palabras de Blake de sus pensamientos y la sensación de abismo que se abrió en su corazón, era tan grande que amenazaba con tragársela. Hope hizo un esfuerzo sobrehumano para disfrutar de la cena, de la compañía de sus amigos, familia y de las ocurrencias de Matthew.Horas más tarde, los invitados se despidieron de la familia, Larry y Chelsea se dirigieron al Sagitario, James y Bárbara a Santa Mónica
¿Tú…?Hope miró su reloj una vez más, ella ya había perdido la cuenta de las veces que llevaba haciéndolo en los últimos minutos, Blake se estaba demorando demasiado para su gusto.—¿Dónde está papá? —preguntó Matthew por décima vez en los últimos diez minutos.—Tuvo que firmar algo en la oficina, cariño, pero estará aquí —dijo—, él lo ha prometido y sabes que no va a fallarte —añadió.Sin embargo, el silencio de Blake estaba causando ansiedad en el corazón de Hope. Un nudo de nervios se había instalado en su estómago desde la última vez que le llamó y él no respondió, pero cuando llamó a la oficina Cherry le había asegurado que Blake estaba firmando los documentos y que había solicitado no le interrumpieran porque deseaba marcharse luego. Pero lejos de sentirse tranquila, Hope se inquietó mucho más.Hope le susurró algo al oído de Tessa, la mujer asintió y cogió la mano de Matthew para llevarlo a los vestidores, mientras ella buscaba con la mirada a John. Ella tenía que saber.—¿Qué
Día gris La sonrisa de Scott se anchó en su rostro, el hombre caminó alrededor de Blake como si fuera una fiera burlándose de su presa.—¿Cuánto tiempo sin vernos? —preguntó.—Te diría que es un placer volver a verte, pero será una mentira. Eres despreciable —gruñó Blake con desprecio.El magnate no podía olvidar los años que vivió engañado y el colmo fue Cherry, esa maldita cereza había estado de parte de Scott todo ese tiempo, era ella quien lo mantenía informado de los movimientos de la oficina. ¡¡¡Ella lo había drogado!!!Blake juraba que, si salía vivo, iba a despellejarla viva. Era lo menos que esa mujer se merecía por traicionarlo de aquella manera y hacerlo el día más importante para la vida de su hijo; recordar que Matthew lo esperaba en la cancha de fútbol hizo que el enojo se incrementara, era claro que la intención de Scott no era otro sino herir a Matthew.—Tan orgulloso como siempre —espetó Scott.—Sabes que eso es mentira, nunca me comporte ni orgulloso, ni arrogante
Hombre equivocadoBlake quería correr como un loco para salir de ahí, pero sabía que las cosas no eran así de fáciles y simples, todo esto era un proceso y debía esperar a que la ambulancia viniera para llevarse a Connor, que se había jugado la vida para mantenerlo a salvo.—Señor Cameron —habló el oficial, Blake se puso de pie y se alejó unos pasos de Connor, tiempo que dos policías aprovecharon para tomar al chico de los brazos, él gruñó ante la presión en su herida.—Mi guardaespaldas necesita una ambulancia —señaló Blake al darse cuenta de que las intenciones eran llevarlo preso.—¿Es su guardaespaldas? —preguntó el oficial con el ceño fruncido.—Lo sé —aseguró.El oficial hizo un movimiento de cabeza, los hombres dejaron en libertad a Connor, Blake se quitó la playera deportiva que llevaba y se la colocó sobre la herida del muchacho para frenar la sangre que seguí saliendo de manera escandalosa.—Tiene que venir con nosotros —habló de nuevo el oficial—. Tiene que levantar la denu
Chelsea se acercó a Larry luego de aquella revelación.—¿Estás bien? —le preguntó en tono bajo.—Sí, en realidad, no me sorprendería si lo fuera, mi padre amó a mi padre tanto que aceptó cargar con su crimen, pero antes de ella, su vida no fue mejor. Las drogas y el alcohol fueron siempre su perdición —respondió.Chelsea apretó su hombro con fuerza en señal de apoyo incondicional.—Sabes que una prueba de ADN puede sacarte la espinita, puedes pedirle al abogado que la solicite —le sugirió.Larry asintió, aunque saber la verdad no cambiaba nada, él y Scott jamás se habían caído bien y el ser hermanos no cambiaría en nada la aversión que sentía un por el otro, en caso de que lo fueran, Larry tenía dudas, pero Chelsea tenía razón podía averiguarse fácilmente si tenían o no la misma sangre.—Tengo que ir a la estación de policía a rendir mi declaración —avisó Blake.—Iré contigo, tenemos que hablar sobre Cherry y las pruebas que la incriminan con tu secuestro —informó Larry.—¿Hay pruebas
Aquella noche Blake volvió a casa seguro de que Scott y él no eran hermanos. Esa noche Blake se concentró en su pequeña familia; Matthew ya lo esperaba para mostrarle el video que James había grabado para él, luego de vivir aquella emocionante segunda parte, y luego de ver cómo Matthew había festejado el gol, Blake dio gracias al cielo por tener la dicha de seguir compartiendo con su hijo, la oportunidad de volver, ya que ese día él pudo haber muerto.—¿Estás llorando? —preguntó Matthew una vez que el video se detuvo.—Creo que me ha entrado un balón y una celebración muy especial al ojo —musitó él sin ocultar las lágrimas de emoción y amor que le corrían por las mejillas.Matthew rio al escuchar a su padre.—Un balón es muy grande para entrar en tu ojo, papá —refutó.Blake no respondió, en su lugar abrazó a Matthew, lo estrechó contra su pecho y volvió a agradecer, esta vez por tener la oportunidad de tener a su hijo, algo que él no consideraba que merecía luego de todo lo que hizo.
¡Se ha movido!Scott fue llevado a su celda, el hombre guardó silencio por mucho tiempo, estaba en shock, luego de descubrir que no era hermano de Blake Cameron, que las palabras de su madre fueron una mentira. Scott Carter se derrumbó en el frío piso de la prisión y gruesas lágrimas cayeron de sus ojos al darse cuenta de todo lo que había perdido.El hombre hizo un rápido viaje en el tiempo, desde aquella primera vez que se encontró con Blake en la universidad, de todas las veces que le siguieron y como poco a poco fue dándose su relación de amistad.«Pudiste tenerlo todo siendo mi amigo, pero decidiste que no era suficiente»El recuerdo de las palabras de Blake fueron un duro golpe para Scott, porque no era más que la verdad, lo había tenido todo, pero creyéndose el hijo mayor de Henry, su primogénito, pensó que merecía más ¡Que lo merecía todo!El grito que abandonó la garganta de Scott Carter fue doloroso, fue una lamentación nacida de lo más profundo de su alma y lo peor es que n
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte