Tú casa o la míaHope bajó el auto tan rápido como pudo, mientras esperó a que Tessa le entregara a Matthew para llevarlo a la cama.—Permíteme llevarlo, Hope —pidió Blake bajándose del auto.—Blake —empezó a decir Hope—. No creo que sea una buena idea —dijo apartando la mirada del rostro de su marido.—Por favor, además, tenemos que hablar sobre lo que ocurrió este día con Larry y Scott —dijo con seriedad.—Chelsea me ha puesto al día —refutó Hope, lo que ella no quería era que Blake entrara a su casa y llegara a la habitación de su hijo, eso sería lo más parecido a invitarlo a volver a su corazón.—Con Mayor razón tenemos que hablar, tenemos que ponernos de acuerdo en muchas cosas y no quiero tomar decisiones sin consultarlo primero contigo —insistió.Hope bufó, pero al final terminó por acceder a dejarle llevar a Matthew a su habitación.El corazón de Blake latió fuerte, mientras tomaba a Matthew de los brazos de Tessa y se lo acomodaba en el hombro para evitar que cayera por su br
Paciencia a prueba Hope miró a Blake, por un momento pensó que había perdido la razón por completo, pero ver el rostro serio del hombre le hizo replantearse, el insulto que estuvo a punto de salir de sus labios. Sobre todo, porque Matthew estaba presente.—¿De qué estás hablando? —preguntó con seriedad, mientras tomaba el brazo de Blake y lo llevaba lejos del jardín.Blake se dio cuenta de que no había sido la mejor manera de decirle las cosas, se lamentó y trató de corregir su reciente error.—Scott Carter ha logrado escapar de la justicia, la policía lo estaba buscando, pero tal parece que la tierra se lo ha tragado.—¿Qué tiene que ver eso con elegir donde vivir? —cuestionó frunciendo el ceño.Blake dejo escapar un suspiro y esta vez pensó muy bien las palabras que tenía que decir. Necesitaba convencer a Hope de irse con él o de que aceptara que vivieran juntos.—No tengo todo el tiempo del mundo, Blake, mi hijo y mi familia me esperan en el jardín —dijo tajante.—Lo siento, Hope,
Bajo el mismo techoBlake quería decirle que soportaría todo lo que tenía que soportar con tal de vivir bajo su mismo techo, pero… algo dentro de su corazón se lo impidió. Él no sabía en ese momento que no pronunciar aquellas palabras era como su salvación, porque no tenía ni una jodida idea de lo que Hope estaba planeando en su contra.—Por cierto, ¿dejarás a Tessa en la mansión? —preguntó ella.Hope no había pensado en su suegra, de repente tuvo miedo de que Scott la cogiera contra ella, pero tampoco era como si pudiera traerla a casa.—Voy a dejarla con Larry y varios hombres de seguridad. No voy a descuidarla —aseguró.Hope asintió y guardó silencio cuando vio a James y Matthew volver de los servicios.—Ha sido un día genial —expresó Matthew mientras dejaba escapar un suspiro.Blake le sonrió.—Aún podemos ir a comer —propuso Blake—. Muero de hambre —dijo sobándose el estómago, mientras Hope lo fulminaba con la mirada. Él sonreía y James pensaba que sería el objeto del odio de Bla
“Juntos, pero no revueltos”James miró a Hope, como si esperara que ella le diera una explicación delante de Blake sin revelar la verdad oculta detrás de su relación.—¿Bromeas? —preguntó James sin pensar.—¿No es así, Hope? —respondió Blake sonriendo.La mujer lo fulminó con la mirada, pero antes de que pudiera decir algo, fue interrumpida por Matthew.—¿Por qué el señor Blake ha decidido venir a vivir con nosotros? ¿No tiene casa? —preguntó el niño.En esta oportunidad fue Blake quien buscó la mirada de Hope para solicitarle ayuda, pero su risa le indicó que no tendría ayuda de ella.—Bueno, yo... —hizo una pausa mientras pensaba en cómo responder—. Estoy remodelando mi casa y tu mami fue muy amable al invitarme a ir a su casa.—¡Mi mami es genial! —exclamó con una sonrisa en los labios—. Una maravillosa mujer que papá no supo apreciar —añadió en un bajo susurro.Sin embargo, fue suficiente para que Blake sintiera que el corazón iba a partírsele en dos.—Ve por tus cosas —intervino
Padre e hijo «Soy su novio, ¡por supuesto que dormimos juntos!» «Soy su novio» «¡Por supuesto que dormimos juntos!» Blake recibió el golpe con más dignidad de lo que hubiera imaginado, el interior de su mejilla fue la víctima principal, la vasija que recibió su enojo y sus celos hasta sentir el sabor metálico de la sangre, golpear sus papilas gustativas. —¿Se ha quedado sin palabras, señor Blake? —preguntó Matthew. —No, solo me he sorprendido —dijo con una sonrisa que enervó el corazón de Hope. ¿Cómo podía un hombre que decía amarla mantenerse tan civilizado después de soltar una bomba como aquella? Hope apretó los dientes, creyendo que aquella actuación obligaría a Blake Cameron a marcharse de su casa, sin echarlo con todas sus letras, ¡pero se había equivocado! El hombre parecía demasiado tranquilo para su gusto. ——¿Puedo llamar a tu puerta si necesito algo? —preguntó Blake amablemente. Hope miró a James. —Puedes llamar a mi puerta, si tienes miedo por las noches, también
Reencuentro inesperadoBlake intentó alejarse luego de soltar a Hope sus intenciones de mudarse a su oficina, pero no llegó a dar ni dos pasos cuando fue detenido por la mano de su esposa.—¿Qué es lo que buscas, Blake?—No voy a repetirlo más, Hope, te lo he dicho en más de una ocasión —respondió el hombre sin dejarse amedrentar por la fuerza de la mano de su esposa sobre su brazo.—¡Prometiste no acosarme! —refutó ella.—Y no lo estoy haciendo, dije que iba a protegerte y eso es lo que estoy haciendo. Necesito tenerte y mirarte las veinticuatro horas del día para estar tranquilo. Te prometo que apenas Scott Carter esté tras las rejas, me alejaré de ti y solamente te molestaré para poder convivir con Matthew, con lo de anoche me has dejado claro que no tienes ningún interés en mí como hombre y no quiero insistir, no quiero arruinar tu relación con James. El tipo puede no ser santo de mi devoción, pero tengo que admitir que ha sido un gran hombre contigo y con Matthew —dijo sorprendie
El diablo regresóEl sonido de una bofetada rompió el silencio que se había establecido después de la declaración de Larry Cameron. El hombre giró el rostro por la fuerza del impacto, una línea roja corrió por la comisura de sus labios, tenía el labio partido por el anillo de su madre.——Abofetearme no cambiará el pasado— replicó con un gruñido.—Debí haberte matado antes de permitir que declararas en contra de tu padre —graznó la mujer sin un ápice de culpa o sentimiento.—Deberías haberlo hecho, te faltó muy poco para eso —le recriminó Larry, tratando de no recordar el sinfín de palizas que recibía de sus padres. Antonio y Alicia eran adictos al alcohol y a las drogas. Vivían una vida desenfrenada en la que poco o nada les interesaba la vida de su pequeño y único hijo que les quedaba.Larry había perdido a su hermana por culpa de la negligencia de sus padres. Por el abandono del que eran víctimas, noche tras noche. Entonces Larry no pudo hacer nada, era apenas un niño de cinco años
Cuando un hombre llora—¿Señora? —Nancy se alarmó al ver el rostro pálido de Hope.—Estoy bien —mintió—. Déjame sola, por favor —pidió luego de unos segundos.—Cualquier cosa, solo llámeme.Hope asintió y apenas Nancy dejó la oficina, ella se dejó caer sobre el sillón más cercano.—Scott Carter —susurró.Hope temblaba como si fuese una hoja mecida por el brusco viento. Ella no sabía si era el miedo que le causaba o el enojo de saberse el objetivo de un hombre a quien nunca había ofendido o agredido de ninguna manera posible.Hope recordó aquella primera vez que se conocieron, fue la primera vez que también conoció a Larry.«—Ven, cariño, quiero presentarte a Scott y Larry —dijo con una sonrisa torcida, mientras caminaban entre el mar de cuerpos del club aquella noche.—¿De dónde has sacado esta hermosura? —preguntó uno de los hombres que esperaban en la barra.—Caballeros, les presento a Hope Morgan, mi novia y futura esposa —anunció Blake.Hope se sonrojó, pero respondió el saludo, c
¡Tres semanas!Tres semanas era el plazo que Abby le había dado a Isaac para casarse con ella. Isaac se había sorprendido, pues esperaba que su prometida planificara la boda de sus sueños, sin embargo, Abby había decidido todo lo contrario.«El tiempo es oro y la vida es muy corta para perder más el tiempo, Isaac. Yo estoy segura de mis sentimientos por ti y si en tu corazón no existe duda alguna de que me amas, no entiendo por qué debemos esperar. ¿Qué vamos a esperar?»Aquellas palabras habían sido decisivas para Isaac. Él no iba a negarse a convertir a Abby en su esposa y compartir con ella por el resto de su vida.Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Bárbara Hamilton había convocado a toda la familia para solicitarles su participación y planificación de la boda.Si la familia se vio sorprendida por el repentino anuncio, se abstuvieron de hacer comentario alguno y participaron muy activamente hasta en el más mínimo detalle de la fiesta.Hope y Daphne fueron las en
Abby miró su reloj por enésima vez, el pequeño aparato marcaba las ocho de la noche y quince minutos e Isaac no daba señales de vida.—¿Dónde te has metido? —musitó en voz baja, mientras caminaba a su balcón, ya ni recordaba las veces que lo había hecho en los últimos cinco minutos.Abby estaba tentada a llamarle y preguntarle, pero… ¿Qué iba a preguntar? ¿Si se había arrepentido? ¿Qué de repente se había dado cuenta de que no eran el uno para el otro? Ella negó con brusquedad, como si de esa manera los malos pensamientos se alejaran de su cabeza.Eran pensamientos que no debía tener, que no debía siquiera pensar.—Isaac —lo llamó.Abby se acercó a la ventana de nuevo, caminó un par de veces, miró su reloj y apenas habían pasado tres minutos.Estaba a punto de caer en la desesperación, incluso estaba tentada de llamar a la policía, pero cuando sus ojos se fijaron en el auto que estacionó frente a la entrada de su casa, ella se olvidó de todo, salió de su habitación y corrió escaleras
Un sentimiento de enojo se apoderó del cuerpo de Isaac y un deseo de ir y golpear al hombre barrió por cada fibra de su ser, sin embargo, no se movió de su sitio. Se obligó a estar de pie, justo allí donde estaba.—Isaac —murmuró Connor, el hombre no tuvo ningún problema en reconocérselo y sin saber por todo lo que el ex agente había pasado se acercó para darle la mano.Isaac de nuevo estuvo tentado a no corresponder el saludo, pero terminó extendiendo su mano, recordando que el motivo de su secuestro también tuvo que ver con su trabajo. Ser un agente no era fácil y llevaba muchos riesgos y en el fondo agradeció no haber sabido qué Connor vivía, pues con seguridad habría revelado la verdad ante tantas torturas a las que había sido sometido.—Connor —dijo, sorprendiendo al hombre, pues en todos esos meses, seguía utilizando el nuevo nombre que le fue otorgado.Daphne carraspeó para llamar la atención de los hombres, pues la presencia de Isaac en casa de sus padres y luego de tanto tiem
Abby dejó escapar un ligero gemido, su cuerpo estaba dolorido, pero de esa manera deliciosa, con esas señales inequívocas de haber hecho el amor toda la noche.—Buenos días mi Ángel —saludó Isaac dejando un sendero de besos húmedos por sus hombros y mordiendo el lóbulo de su oreja.—¿Cómo llegamos aquí? —preguntó, la chica al darse cuenta de que estaba sobre una cómoda y suave cama.—Exactamente, no lo sé —Isaac se rio—. ¿Importa? —preguntó sin dejar de reír.El sonido de aquella risa inundó el corazón de Abby, que bien se sentía, era como estar en el lugar correcto, con la persona correcta.—Lo único que me importa es saber que estás aquí, conmigo —respondió, girándose para quedar frente a frente con Isaac.—Abby —susurró, perdiéndose en su mirada, Isaac estaba tentado a tomar los labios de la muchacha y volver a perderse entre las mieles del amor, sin embargo, era consciente de que no todo era pasión. Ellos se habían entregado por completo y él deseaba hacer las cosas bien y bonitas
«Deseo hacerte el amor»El cuerpo de Abby tembló ante tal declaración, su corazón se aceleró y su intimidad se humedeció casi de inmediato.—Isaac —susurró, mirándolo a los ojos con intensidad.—Abby…El ex agente estaba a punto de retractarse, quizá no había sido el mejor momento, tampoco era el mejor lugar, por lo que, haciendo acopio de su fuerza de voluntad, intentó apartarse del cuerpo de la joven.Abby adivinó sus intenciones y antes de que se pudiera alejar lo haló de la camisa y tomó su boca en un beso desenfrenado, presionándose contra él de tal manera que no pudiera escapar.Isaac tampoco deseaba huir, él no era un don Juan, no tenía ningún interés en nadie más que no fuera Abby, tampoco la quería para una noche de aventura. Él deseaba que su Ángel formara parte de su vida y felicidad por el resto de sus días.Quizá estaba comportándose de manera egoísta a ojos del mundo, sin embargo, era todo lo que él deseaba. No pedía nada más a la vida, no quería nada más.El bes
Isaac se quedó de piedra por unos breves segundos, antes de cerrar los ojos, tomar el cuello de Abby y corresponder el beso.Abby gimió al sentir la lengua de Isaac abrirse paso por su boca y de dominar el beso, se vio sometida por la fuerza y la destreza del hombre, mientras Henry y Romina miraban en completo silencio la situación.—Creo que estamos de más —murmuró Romina, acercándose a Henry.El muchacho asintió y no se fijó en lo cerca que estaba su querida enemiga.—¿Por qué no me invitas una copa? —preguntó Romina.Henry se giró para verla y sus labios casi quedaron juntos, él tragó, la última vez que habían estado muy cerca uno del otro, había sido dos años atrás, mientras celebraban el cumpleaños número dieciocho de Romina.—¿Quieres que te invite? —preguntó Henry desconcertado.—No tengo nada mejor que hacer y ver a una pareja comerse delante de mí, no es mi fetiche —mencionó.Henry miró a Abby y se dio cuenta de que definitivamente no iba a recuperar a su prima esa noche, así
—¿No es Romina, la pequeña minina? —preguntó Alexander, señalando en dirección del auto de Isaac, mientras él rodeaba el carro para subirse al lado del piloto. —¡Cállate! —gritaron Henry y Abby al mismo tiempo.—¡Qué carácter! —gruñó Alexander, ganándose una mirada severa y amenazadora por parte de sus primos.—Será mejor que no te metas con ella, Henry aún está sensible —susurró Lucas, el menor de los cuatro, desconocía con exactitud lo ocurrido, pero era evidente la tensión que existía entre Romina y Henry.Alexander se encogió de hombros y se dirigió a su auto.—Los veré en el centro comercial —dijo, mientras Henry apretada los puños y Abby esperaba tener una buena respuesta por parte de Isaac esa noche. —¿Vienes conmigo o con Henry? —preguntó Abby a su hermano, Lucas tenía el auto en el taller y su padre se había negado a darle otro.—Valoro mi vida lo suficiente como para ir contigo, hermanita, te veo en el centro comercial —respondió Luca, subiendo al auto de Henry con
«Así que no volverás a librarte de mí»Isaac sintió que su corazón latió fuerte dentro de su pecho y le fue imposible no sonreír ante el rostro sonriente, decidido y feliz de Abby.—¿No estás molesta? —preguntó, aún no habían aclarado su abrupta partida y aunque Abby había mencionado que no era necesario, no podría avanzar si no trataba el tema con la importancia que tenía.—Al principio estuve molesta conmigo misma por no darte la mano ese día, pero tienes que reconocer que no estaba preparada para descubrir que no eras Xavier —comentó levantándose de su silla y caminando en su dirección, pero sin llegar a acercarse tanto.Abby se detuvo, se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas.Isaac se mordió el labio ante las acciones de Abby, mientras se preguntaba: ¿En qué momento se había convertido en una joven atrevida? Y no es que le molestara la nueva actitud de Abby, todo lo contrario, aun así…—Lo siento —dijo al darse cuenta de que Abby esperaba una reacción por su parte.—Ten
«Abby»El cuerpo de la joven tembló, su corazón latió casi con violencia dentro de su pecho. Había pasado tanto tiempo desde aquella última vez que se habían visto, desde aquella extraña y fría despedida.—Isaac…El exagente le sonrió, no podía hacer otra cosa. Jamás imaginó que encontraría a Abby justamente en la puerta de la mansión Cameron.—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.El silencio se instaló entre ellos luego de aquella pregunta, Isaac no sabía si debía responder y Abby estaba tan asombrada que no encontraba su voz.Isaac se fijó en la mano sobre la mano de Abby, no la había retirado, y así fue como fueron sorprendidos cuando la puerta se abrió.—¡Señorita Hamilton! —pronunció la muchacha.Abby le sonrió, pero se lamentó la interrupción, seguramente ahora venía la despedida y no volverían a encontrarse.—Señor Harper —saludó la muchacha al darse cuenta de la presencia de Isaac —¿Cuánto tiempo sin verlo? —exclamó.Isaac le sonrió, mientras Abby lo miraba de manera inte