Capítulo 6
Gwen parecía como si hubiese visto un fantasma cuando me vio. Empezó a gritar demencialmente y a romper cosas. Dixon la contuvo en sus brazos cuando él vio eso.

Su pecho siempre había sido cálido y tranquilizante.

Gwen gradualmente se calmó a medida que continuaba murmurando el nombre de Dixon. Y ese hombre, mi esposo, la consoló a ella. “Está bien. Estoy aquí. Ella no te hará nada”.

La gentileza momentánea de Dixon le pertenecía a ella. Él se volteó a mí y me cuestiono fríamente. “¿Qué estás haciendo en el hospital? Rápido, ve a casa”.

Él siempre me ha dicho que me fuera a casa delante de Gwen.

Aparte la mirada de la gentileza que Dixon le daba a Gwen. En ese momento, Gwen hizo uso de la influencia de Dixon y me lanzó una taza de agua hirviente en la cara. Grité adolorida y retrocedí en pánico. Golpeé algunas cosas y justo cuando estaba a punto de caer, alguien agarró mi brazo.

Levanté la mirada hacia él impotentemente. “Dixon”.

Su mirada parecía estar en conflicto cuando me miró. Después, él miró a Gwen y me llevó al departamento de emergencia. Me miré al espejo y vi que mi exquisito maquillaje se había derretido por el agua caliente.

Había dejado una cicatriz roja que decoraba un lado de mi cara.

Esa era de mi caída de la tarde, y también de cuando usé mi uña para rascarla.

Dixon encontró algunas bandas y alcohol desinfectante. Él estaba en silencio mientras comenzó a desinfectar mi herida. Aunque dolía, me forcé a mí misma a permanecer en silencio y disfrutar del momento de calidez que me estaba dando.

Mi cabello negro esta empapado. Bajé la mirada hacia sus largos, delgados y pálidos dedos. Luego, lo llame por su nombre con delicadeza, “Dixon”.

Él me respondió con la misma delicadeza, “¿Hm?”

Le pregunté, gentilmente, casi codiciosamente, “Puedo darte la Corporación Shaw y acceder a divorciarme de ti. ¿Realmente no estás dispuesto a salir conmigo?”.

Los dedos de Dixon se detuvieron. Él me miró con confusión en sus ojos y me preguntó lo mismo, “Has estado comportándote extraño desde el regreso de Gwen. ¿Qué estás planeando exactamente?”.

Dixon me había dicho una vez que no tenía mucha paciencia para mí. El ceño fruncido en su rostro ya había mostrado que él ya había usado toda la paciencia dentro de él ahora. Estire el brazo con miedo para tocar sus cejas e incluso el ceño fruncido que tenía. Le pregunté, “¿Estás verdaderamente indispuesto?”.

Mi voz era muy, muy suave y mi tono era aún más humilde.

La voz de Dixon era suave pero llena de masculinidad y nitidez a medida que decía, “Puedo salir con quien quiera, incluso una idiota, pero no saldré contigo. Solo rindete”.

Sentí como si hubiese sido quemada. La tristeza y el dolor en mi corazón se amplificó de repente. No quería contenerlo más.

Dixon continúo aplicando la medicina en su herida. Él estaba muy concentrado.

Sonreí y le pregunté, “Dixon, ¿Crees que no sentiré dolor?”.

Él murmuró subconscientemente, “¿Hm?”.

Me reí levemente y le dije, “¿Crees que no sentiré dolor y no lloraré ni haré ningún berrinche? ¿Es por eso que sigues intimidandome? Pero Dixon, solo tenía 20 años cuando me case contigo. Estaba en la edad cuando no podía aceptar la frialdad, el odio y la negligencia de alguien más. Y la persona que me hacía todo eso era mi esposo, la persona que más necesitaba para apoyarme. De hecho, no soy tan fuerte como tú crees que soy”.

Dixon me miró conmocionado. Él repentinamente me preguntó, “¿Por qué quieres que…salgamos tan desesperadamente?”.

Estime que el Director estaría a punto de llegar. Pestañee y termine la conversación, diciendo casualmente, “Dixon, divorciémonos. Te daré la Corporación Shaw”.

Dixon Gregg sorpresivamente presionó forzosamente. Jadeé en dolor. Sin embargo, sonreí desinteresadamente y le dije, “Estoy cansada. ¿No siempre has querido casarte con Gwen?”.

Él no dijo nada.

Su hermoso rostro estaba sombrío. Saqué los papeles de divorcio de mi cartera y le dije delicadamente con una sonrisa en mi rostro, “Dixon, serás libre una vez firmes esto”.

No podía soportar hacerlo, pero ¿Qué más podría hacer aun si lo mantuviera conmigo?

Más aún… no quería convencerme a mí misma de perdonarlo por lastimarme.

Dixon tomó los papeles de divorcio y leyó a través de ellos minuciosamente. Al final, dijo ligeramente, “¿Ya ni siquiera quieres la Corporación Shaw?”.

“Solo quiero cinco millones, puedes quedarte con el resto”.

Él estaba en silencio una vez más

Él sostuvo sin movimiento los papeles de divorcio por un largo tiempo. Saqué un bolígrafo de mi cartera y se lo entregué. Él vaciló por un largo tiempo antes de poner su nombre en el documento solemnemente.

Me sentí afligida. Él lo había firmado…

Él quería divorciarse.

Un acuerdo estaba terminando nuestro matrimonio.

Tomé los documentos del divorcio de sus manos y forcé una sonrisa en mi rostro. “Conseguiré un abogado para que se encargue de esto. Tendrás tu certificado de divorcio en unos pocos días. Te transferiré las acciones de la Corporación Shaw a ti dentro de los próximos meses”.

“Solo permíteme estar sola en lo que queda del tiempo”.

Era como si hubiese tenido una epifanía. Me sentí muy relajada. La herida en mi cara parecía que no dolía tanto. Pude finalmente… soportar dejarlo ir. Pude finalmente soportar regresarle su libertad.

Sabía que el Director Gregg debía estar aquí ahora. Dixon y yo nos levantamos y caminamos a la habitación de Gwen. Escuchamos al Director Gregg cuestionándola fríamente. “¿Y bien? ¿Encontraste esos hombres y planeaste eso?”.

Gwen siempre le había temido a él. Ella dijo temerosamente, “Estás mintiendo, no lo planee”.

“Tengo el registro de tus transacciones. ¿Quieres seguir negando esto? Gwen Worth, intentaste inculpar a mi nuera. ¡Sigue soñando! ¡Aun si no fuese mi nuera, jamás te aceptaría en la Familia Gregg!”.

Miré hacia Dixon. Su expresión estaba relajada aun cuando escuchó la conversación de adentro. Pensando en ello, mi plan era innecesario. Dixon era un hombre inteligente. Habían muchas cosas que él podía darse cuenta solo, sin que se las dijeran.

Sin embargo, él no expuso a Gwen e incluso fingió no saber nada mientras la consolaba. Solo había estado consintiéndola. Y yo quería buscar justicia para mí. Que gran chiste.

Había incluso molestado a su padre.

Me voltee para irme apresurada cuando pensé en ello. Sentía que algo no estaba bien cuando me acerqué a la puerta del hospital. Mi nariz se sentía cálida y la toque inconscientemente.

Había una alarmante mancha roja brillante en mi mano.

Los copos de nieve caían en el silencio de la noche. Extendí mis palmas al aire para atraparlas. Mis piernas de repente colapsaron bajo mi peso y caí en los escalones cubiertos de nieve.

En ese momento, me pareció ver a Dixon Gregg de ese año.

Él me llamó “Jovencita” cálidamente. Su voz era baja y suave mientras me preguntaba, “Jovencita, es bastante tarde. ¿Por qué no has ido a casa?”.

Descaradamente le di una brillante sonrisa y le respondí, “Quiero escucharte tocar el piano. ¿Puedes tocarme: “La Calle Donde Reside El Viento”?”.

“De acuerdo, La tocaré para ti en la clase de mañana”.

Ese año, no tuve el coraje para ir al salón de clase y escucharlo tocar esa canción. Me puse en cuclillas afuera del salón de clases, bajo la ventana verde, y al lado de las paredes blancas. Llore impotente y temerosamente.

Gustar de Dixon Gregg parecía ser bastante simple.

Me estaba aferrando a los últimos hilos de mi consciencia cuando caí por las escaleras. Vi a ese cálido Dixon Gregg y pensé que podía escucharlo llamar por mi nombre…

“Caroline, ¡Despierta! ¡Resiste!”.

Pensé que escuché una vaga y fúnebre voz. Él imploró suavemente, “Siempre y cuando estés bien…prometo que saldré contigo. Puedo incluso salir contigo para siempre”.

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