Capítulo 5
Me quedaban menos de tres meses. ¿Qué más podría hacer?

Mi vida estaba a punto de terminar, pero aun no me había enamorado. Quería salir con Dixon Gregg.

Aun si él estuviese solo mintiéndome. Estaría súper contenta con eso.

A propósito, nunca he sido mimada o tratada como algo preciado e importante en mi vida. Nunca he experimentado amor. Esa era la razón por la cual estaba frecuentemente celosa de Gwen y por eso me aferré a Dixon como si estuviese poseída.

Aun si él fuese a torturarme, lo aceptaría voluntariamente.

Entre Dixon y yo, yo era demasiado insignificante.

Me rebaje a mí misma y ninguna sola vez resistí.

Dixon no se fue como solía hacerlo. Después de tomar una ducha, él se sentó en el sofá con su computadora portátil para trabajar.

Me levanté y me puse mi bata para dormir, luego le pregunté, “¿Vas a descansar aquí hoy?”.

Mi vista era bastante buena y pude ver el documento en su computadora portátil. Eran documentos que habían sido firmados por la Corporación Shaw previamente.

La Corporación Shaw se había encontrado con algunos problemas recientemente. Muchos de los socios habían infringido sus contratos y las acciones de la compañía habían estado cayendo. Sabía que él era quien había hecho eso, pero no lo había expuesto. Yo espero que lo haya hecho luego de haberlo considerado seriamente.

Dixon me ignoró, así que no lo volví a molestar nuevamente. En cambio, me incline y abrí la gaveta para sacar los papeles del divorcio y los coloque sobre la cama. Justo cuando estaba a punto de pedirle que discutiera el proceso de divorcio conmigo, él de repente recibió una llamada.

Era de Gwen.

Su voz se escuchaba histérica y llena de miedo a medida que decía, “Dixon, sálvame. ¡Consiguió a alguien para que me secuestraran! ¡Dijo que ya no soy digna de ti!”.

Fue casi como si fuese instintivo. Dixon se volteó para mirarme.

Su expresión era oscura mientras preguntaba, “¿Enviaste a alguien a hacer eso?”.

Extendí mis manos hacia afuera, frente a mí con una sonrisa y le pregunté, “¿Me creerías si te dijera que no?”.

Dixon me lanzó una mirada y se dio la vuelta para irse. Lo perseguí para detenerlo y acaricie su rostro con mi palma valientemente. Pregunté, confundida, “Dixon, ¿Por qué confías tanto en ella? ¿Qué tal si ella orquestó todo esto?”.

“La conozco muy bien. No es como tú”.

Estaba estupefacta. “No es como tú…”.

Dixon me alejó y me obligó a irme. Me aferré a su brazo tercamente y le supliqué suavemente, “No vayas, quédate aquí conmigo”.

Él me golpeó la cabeza y caí al suelo forzosamente. Observé al hombre irse por la puerta y ya no pude reprimir el sabor metálico de mi boca. Vomité en la esponjosa y blanca alfombra. Era rojo vibrante y el color esparcido era como una rosa florecida.

Esa fue la primera vez que Dixon me había golpeado.

Él quebrantó mi dignidad por esa mujer quien había orquestado su propio espectáculo.

¿Y qué había hecho hace un momento?

Yo lo había puesto a elegir entre Gwen y yo…

Yo realmente he perdido mi consciencia de mí misma con la edad.

Acune mi estómago adolorido y me levanté para ponerme un vestido largo y brillante con hombros descubiertos. Llevé puesto un abrigo largo y color crema sobre el vestido y me puse un maquillaje exquisito. Incluso me tomé el tiempo de rizar mi cabello a la altura de mi cintura pacientemente. Llamé a mi asistente luego de ponerme unos tacones plateados.

“Averigua donde se encuentra Gwen Worth”, le ordené.

Recogí los papeles del divorcio de la cama y los coloqué en mi cartera. Luego, conduje hasta el hospital. Mi asistente ya estaba esperando por mí en la entrada. Él estaba cubierto por la nieve.

Él se apresuró a abrir la puerta del coche cuando me vio. Luego, él dijo respetuosamente, “Presidente Shaw, el Sr. Gregg y Gwen Worth están dentro del hospital. Ya he enviado personas para capturar a los criminales quienes casi la violan. Estaba en lo correcto. Los interrogamos y esto fue en efecto orquestado por Gwen Worth".

Salí del coche y me incline un poco para ver mi reflejo en la ventana. Me puse algo de pintalabios y le pregunté, “¿Llamaste al Director Gregg? ¿Cuándo llegará aquí?”.

Aunque estamos a punto de divorciarnos, yo quería justicia para mí.

“El Director Gregg estará aquí en 15 minutos”.

Miré a la hermosa cara reflejada en la ventana del coche y no pude evitar nada más que suspirar. Era una cara exquisita. Todos aquellos quienes me conocían decían que el Señor había sido muy generoso conmigo. Tenía rasgos nítidos y bien definidos y era muy atractiva.

Guardé mi pintalabios y entre al hospital con mi asistente siguiéndome. Cuando llegué a la habitación de Gwen, la escuché decir muy confiada, “¡Tuvo que haber sido ella! ¡Tuvo que haber sido Caroline Shaw! Solo ustedes dos saben que estoy de regreso. Por otra parte, ¡No tengo más enemigos que ella! Dixon, ella está celosa. Ella está celosa de que yo soy la que tú amas”.

Dixon la consoló dulcemente, “No dejes que tu imaginación se descontrole. Preocúpate por tu salud. No te preocupes. Investigare esto personalmente. Haré que se disculpe contigo si ella lo hizo”.

Ja, ¿Qué derecho tiene Dixon Gregg para decir eso?

Si yo, Caroline Shaw, lo hubiese hecho, ¿Me disculparía?

¿Era porque no me conocía lo suficientemente bien? O ¿Era porque él estaba acostumbrado a que yo le cediera que él pensaba que era una persona fácil a quien podría manipular como él quisiera?

Entré a la habitación y sonreí intrépidamente mientras decía, “Yo fui quien lo hizo, ¿Cómo debería disculparme de manera sincera? Dixon, ¿Quieres que me arrodille frente a ella?”.

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