Capítulo 64
James no esperaba que un día acabaría siendo el chófer de otra persona.

Sin embargo, sentía que lo que Gladys estaba haciendo era catártico, incluso para él.

Condujo hacia la región militar una vez más.

Entró y salió, repitiendo el ciclo unas cuantas veces.

Los Callahan se pusieron pálidos, con la ira plasmada en sus rostros.

Los otros magnates disfrutaron del espectáculo.

Daniel parecía resignado.

James era el Dragón Negro. ¿Por qué se comportaba como un don nadie que nunca se había expuesto a nada? ¿Qué tan vergonzoso sería si la noticia de sus acciones llegara a la capital?

Sin embargo, James se sentía muy bien.

Sus días ahora eran libres y fáciles.

James volvió a salir. Justo cuando estaba a punto de entrar, Thea lo detuvo. “Jamie, es suficiente. Estás retrasando la línea”.

James se giró para mirar a Gladys. Le preguntó: “¿Ya estás satisfecha, mamá?”.

“Jaja. Sí, ¡absolutamente! Gladys sonreía de oreja a oreja.

¡Se sentía bien!

Era lo más orgullosa que había sentido en
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