Capítulo 36
Han pasado varias horas. Había caído la noche.

Chad estaba de pie junto a su rey frente a la habitación de Danika. El rey permaneció mirando a Danika con esa expresión ilegible que tiene, y han estado allí de pie durante mucho tiempo. Más de una hora.

Puede que su rostro sea ilegible, pero Chad podría jurar que hay rabia acumulada en sus ojos.

El rey volvía de su paseo con la princesa, cuando Chad se dirigió a él y le contó todo lo que había pasado en el mercado.

El rey Lucien no mostró ninguna reacción visible, pero Chad había visto cómo se tensaban sus músculos de la ira. Parecía que quería golpear a alguien.

La violencia y la rabia en sus ojos cuando escuchó lo que le había pasado a Danika eran inconfundibles, y había sorprendido a Chad.

"Chad". La profunda voz del rey Lucien lo sorprendió.

"Mi rey". Miró al formidable hombre que estaba a su lado. Sus ojos seguían mirando a la frágil mujer que yacía en la cama, vendada en todas las partes de su cuerpo.

"Tú también comiste de
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