Capítulo 40
Danika reanudó su lucha. “¡Santo c-cielo...! No, él m-matará a Sally... Baski, ¡la m-matará! ¡No puedo dejar que eso ocurra! ¡Nunca podré soportarlo!”.

Ella luchaba y lloraba y luchaba más. Sally comenzó a gritar de nuevo, y esta vez sonaba.... más agonizante.

Con cada grito, Danika lloraba más fuerte y luchaba contra Baski hasta que la mujer finalmente la liberó o se arriesgaba a ser gravemente herida.

“¡Danika! ¡No!”, lloró.

Danika no podía escuchar, su corazón se rompía en su pecho. Con cada grito proveniente de la Corte Real, un pedacito de su corazón moría un poco más.

Arrastró el perno de la puerta y abrió la puerta lo más que pudo, que no era mucho, pero servirá porque puede pasar por el estrecho camino.

Ella dio el primer paso, solo para estrellarse contra una pared dura.

No. No una pared. Un hombre. Un hombre que de repente llenó la puerta.

Danika levantó sus ojos rojos y llorosos para mirar el rostro duro del Rey Lucien. Sus ojos no eran tan fríos. Estaba lleno d
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