Parte 3 Capítulo 10
Remeta llegó a las puertas del palacio y vaciló. Con el corazón en la garganta. Con mucha culpa en su corazón.

Cuidado con las Tres T.

Si su reina hubiera sabido que eso significa, cuidado con los Tres Testigos que presenciaron su comprometedora posición con el antiguo Entrenador de Esclavos, ¿habría cambiado algo?

La madre de Remeta, el rey y su amante habían sido testigos de aquel día en el almacén. El día que lo cambió todo. ¿Habría cambiado algo?

Corna le había dicho con esa vocecita suya que no era su culpa y que no habría cambiado nada.

Reunió las fuerzas suficientes y entró por las puertas del palacio. Fue directamente a la habitación de su madre.

Baski y Sally acababan de volver del bosque, se habían pasado horas recogiendo diferentes tipos de hojas y semillas.

Sally la ayudaba a moler las semillas y Baski revolvía las hojas mezcladas cuando la puerta se abrió y Remeta se quedó detrás de ella, con la mirada perdida.

“¡Remeta!”. Baski jadeó, soltó la madera que r
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