Capítulo cincuenta y cuatro. No fui yo
No fui yoEl semblante de Larry cambió en un abrir y cerrar de ojos, mientras Chelsea pensaba que iba a desmayarse cuando su color pasó a ser pálido, tan pálido como una hoja de papel.—¡Larry! —llamó Chelsea, el silencio fue aterrador, él tenía la mirada perdida y sus manos temblaban tanto que el móvil terminó en el piso—. Dime algo, por favor —suplicó angustiada, ni siquiera cuando estuvo herido, Larry estuvo silencioso.Sin embargo, por la cabeza de Larry solamente podían repetirse las palabras de su madre y la reciente información del hombre que le llamó. Él no tenía idea de quién era o cómo tenía su número de teléfono, pero era evidente que lo conocía y conocía muy bien a su padre.—¡Larry, por favor, dime algo! —Chelsea estaba a punto de perder la cabeza, agitó el hombro de su novio hasta lograr que él parpadeara, no era mucho, pero ya era algo.—Mi padre fue trasladado al hospital general —murmuró tan bajo que Chelsea escuchó por la cercanía que había entre ellos.—¿Quieres que
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